Las risas de estos líderes europeos que pretenden transmitir tranquilidad esconden su incompetencia. Ninguno de los cuatro - en la foto del Financial Times- tiene competencias sobre la banca europea ni sobre las entidades financieras a las que hacen referencia en declaraciones rimbombantes. Ni Sarkozy como presidente semestral de la Unión ni la Comisión europea que preside Barroso tienen alguna autoridad legal sobre los bancos y los mercados financieros, que son autónomos e independientes.
En reciente conferencia de prensa, el mismo Trichet manifestaba que el BCE carece de competencias sobre la solvencia de los bancos europeos cuyas cuentas ignora. Aunque les preste dinero y aunque la desconfianza interbancaria mantenga al Euribor muy por encima del precio que fija el Banco de Francfort.
Y la Unión Europea cuenta con más de 8000 bancos aunque dos tercios del total de sus activos financieros pertenecen a solamente 44 instituciones multinacionales, según los datos de la Comisión europea. De ahí que la crisis financiera haya sacado a la luz la carencia de supervisión bancaria y financiera comunitaria mientras las operaciones bancarias y financieras suelen sobrepasar las fronteras donde termina el control estatal.
A partir de los eventos de este mes de Octubre de 2008, esta claro que Europa tiene una crisis bancaria propia ligada ya no solamente a las hipotecas subprimes estadounidenses sino derivada de su organización institucional. El funcionamiento de los mercados financieros en la UE es tan opaco como el de los mercados de los EEUU y, sin embargo, carece de resortes comunitarios para afrontar la situación.
Las deficiencias institucionales de la Unión y la necesidad de replantear sus instituciones actuales fueron conclusiones compartidas por los/as diputados/as del Parlamento catalán que intervinieron en el debate sobre el problema político que analiza el libro la Europa opaca de las finanzas y sus paraísos fiscales offshore, celebrado en Barcelona el pasado jueves 9 Octubre.
Hubo coincidencia general en subrayar la incongruencia comunitaria que supone la inexistencia de armonización fiscal entre los socios europeos mientras se impone el principio de la libertad absoluta de movilidad del capital dentro y fuera de la Unión. Pero sobre todo se destacó la limitación política que para la acción de los gobiernos supone el art. 56 TCE al prohibir “todas las restricciones a los movimientos de capitales entre Estados miembros y entre Estados miembros y terceros países”
Más aún, el diputado por el PSC-CPC, Antoni Comín, denunció el paradigma neoliberal de la UE que establece la unanimidad de los 27 miembros para las decisiones comunitarias sobre fiscalidad, mientras exige solamente mayoría relativa para cualquier decisión relativa a la regulación financiera. E incluso se exige unanimidad para adoptar medidas que supongan un retroceso respecto a la liberalización sobre movimientos de capitales dentro de la Unión y con terceros países. Una legislación que incentiva la integración financiera en la UE de los paraísos fiscales offshore, que son los beneficiarios directos de la carencia de autoridades europeas en materia de mercados financieros y una amenaza para el modelo de Estado social europeo.-
En reciente conferencia de prensa, el mismo Trichet manifestaba que el BCE carece de competencias sobre la solvencia de los bancos europeos cuyas cuentas ignora. Aunque les preste dinero y aunque la desconfianza interbancaria mantenga al Euribor muy por encima del precio que fija el Banco de Francfort.
Y la Unión Europea cuenta con más de 8000 bancos aunque dos tercios del total de sus activos financieros pertenecen a solamente 44 instituciones multinacionales, según los datos de la Comisión europea. De ahí que la crisis financiera haya sacado a la luz la carencia de supervisión bancaria y financiera comunitaria mientras las operaciones bancarias y financieras suelen sobrepasar las fronteras donde termina el control estatal.
A partir de los eventos de este mes de Octubre de 2008, esta claro que Europa tiene una crisis bancaria propia ligada ya no solamente a las hipotecas subprimes estadounidenses sino derivada de su organización institucional. El funcionamiento de los mercados financieros en la UE es tan opaco como el de los mercados de los EEUU y, sin embargo, carece de resortes comunitarios para afrontar la situación.
Las deficiencias institucionales de la Unión y la necesidad de replantear sus instituciones actuales fueron conclusiones compartidas por los/as diputados/as del Parlamento catalán que intervinieron en el debate sobre el problema político que analiza el libro la Europa opaca de las finanzas y sus paraísos fiscales offshore, celebrado en Barcelona el pasado jueves 9 Octubre.
Hubo coincidencia general en subrayar la incongruencia comunitaria que supone la inexistencia de armonización fiscal entre los socios europeos mientras se impone el principio de la libertad absoluta de movilidad del capital dentro y fuera de la Unión. Pero sobre todo se destacó la limitación política que para la acción de los gobiernos supone el art. 56 TCE al prohibir “todas las restricciones a los movimientos de capitales entre Estados miembros y entre Estados miembros y terceros países”
Más aún, el diputado por el PSC-CPC, Antoni Comín, denunció el paradigma neoliberal de la UE que establece la unanimidad de los 27 miembros para las decisiones comunitarias sobre fiscalidad, mientras exige solamente mayoría relativa para cualquier decisión relativa a la regulación financiera. E incluso se exige unanimidad para adoptar medidas que supongan un retroceso respecto a la liberalización sobre movimientos de capitales dentro de la Unión y con terceros países. Una legislación que incentiva la integración financiera en la UE de los paraísos fiscales offshore, que son los beneficiarios directos de la carencia de autoridades europeas en materia de mercados financieros y una amenaza para el modelo de Estado social europeo.-
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