miércoles, 22 de octubre de 2008

La crisis financiera reaviva el problema de los paraísos fiscales en Europa


Cuento con el apoyo de Luxemburgo para que la arquitectura financiera sea profundamente reconsiderada en el exterior y en el interior de nuestro continente”. Decía el presidente semestral de la UE, Nicolás Sakorzy, ayer martes 21 de octubre de 2008 ante el Parlamento europeo en Estrasburgo, invitando a Luxemburgo a dar ejemplo en materia de reforma del sistema financiero y de transparencia.

Sin embargo, Luxemburgo como pilar básico del poder fáctico del “offshore” en la UE no parece inclinado a aceptar tal invitación. Durante el telediario de las 20 horas de France 2 del mismo martes 21, Jean-Claude Juncker, el primer ministro del Gran Ducado, entrevistado en directo tras contemplar un breve reportaje sobre el funcionamiento de Luxemburgo como paraíso fiscal, respondía malhumorado al periodista diciendo que « establecer una ecuación entre secreto bancario y paraísos fiscal... en mi opinión no es el camino” Y añadiendo diplomáticamente: “Estoy completamente abierto a discutir las virtudes del secreto bancario pero no estamos dispuestos a sentarnos voluntariamente en el banquillo de los acusados”.

Y en esa tensa entrevista televisada en directo, al reprocharle el periodista su ausencia de la reunión de la OCDE celebrada en Paris ese mismo martes, respondía con acritud: “No estamos obligados a acudir a las convocatorias franco-alemanas”

Con esa dura contestación el Primer ministro del Gran Ducado de Luxemburgo se refería a la convocatoria por Francia y Alemania de una reunión de ministros y representantes de 18 países de la OCDE celebrada el 21 de octubre para debatir el problema de los paraísos fiscales. Una reunión a la que no han acudido ni Luxemburgo, ni Austria, ni Suiza ni los EEUU ni otros relevantes miembros de la OCDE. Aunque los asistentes a esta reunión produjeron un comunicado conjunto afirmando que todos ellos “favorecen la acción contra las jurisdicciones cuyo marco legal y administrativo facilita el fraude y la evasión fiscal

Las reseñas de prensa señalan que el anfitrión de la reunión en Paris, Eric Woerth, Ministro francés del presupuesto, afirmó que “ya no podemos aceptar que en un momento en que estamos comprometiendo el dinero de los contribuyentes masivamente en planes de rescate del sistema financiero, este sistema continúe ofreciendo paraísos fiscales offshore

Y Stephen Timms, el Secretario británico de finanzas y representante del Reino Unido en la reunión de Paris, afirmaba que el mismo hecho de la reunión enviaba “una fuerte señal de que se acabaron los tiempos en que la gente no pagaba impuestos”

Por su parte, el Ministro de finanzas alemán, el socialdemócrata Peer Steinbrück llegaba a pedir que Suiza, país que se niega a cooperar en materia tributaria, debería ser incluida en la lista negra de paraísos fiscales, porque “si no somos cuidadosos, nuestros sistemas económicos y sociales perderán su legitimidad”

Y en Estrasburgo, el Presidente Sarkozy subrayaba que una propuesta clave en la próxima cumbre sobre las finanzas globales seria que “ningún banco que trabaje con dinero del Estado fuese capaz de trabajar con los paraísos fiscales”

Sin duda todas estas declaraciones retóricas pretenden paliar la cruda realidad de que los rescates de la banca europea acordados por la UE, como los decididos por el gobierno de los EEUU, representan un escándalo mayúsculo al dejar intacta la operativa financiera de todos los bancos nacionalizados o que ven garantizado su negocio por el Estado, manteniendo sus filiales y sus sociedades en países y territorios catalogados como paraísos fiscales de la relación oficial de la OCDE; como es el caso de los bancos y cajas de ahorro españolas.

Dicho de otro modo, los gobiernos europeos de derecha e izquierda no solamente toleran como hasta ahora las filiales y las sociedades offshore sino que con las medidas para rescatar a los bancos europeos, están actualmente financiando mecanismos bancarios que defraudan las Haciendas nacionales además de amparar vías para el blanqueo de dinero sucio y para las grandes operaciones financieras transnacionales sin transparencia.

Aunque para salvar la cara ante los electores, algunos líderes europeos pretenden reactivar el proyecto de la OCDE contra los paraísos fiscales, un proyecto que estaba muerto y olvidado hace años. Si creyéramos ciertas reseñas de prensa, Alemania, Francia e incluso el Reino Unido junto otras principales economías del mundo pretenden impulsar una política de endurecimiento contra los paraísos fiscales extraterritoriales, incrementando la lista negra y definiendo una serie de medidas punitivas. Pero lamentablemente los medios y la opinión pública europea como nuestros líderes de la izquierda ignoran los datos institucionales sobre la Unión Europea que se recogen en La Europa opaca de las finanzas y que demuestran que además de Luxemburgo, también Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Jersey o la isla de Man, están profundamente insertados en la estructura jurídica y financiera de la Unión Europea, aunque no figuren como miembros de pleno derecho.-

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