El caso del banco alemán Hypo Real Estate recuerda el caso anterior del banco alemán Sachsen LB que mostró el descontrol de la gestión de las entidades financieras y, además, la absurda aplicación a los mercados financieros globales de las reglas de la competencia interna en la UE
En junio 2008 la Comisión europea hacía pública la aprobación del rescate con dinero público del banco alemán Sachsen LB, sin tomar en consideración que su Consejo de administración había ignorado los riesgos de las operaciones financieras con valores subprimes que realizaba desde el paraíso fiscal irlandés, como asegura un informe de 200 páginas de la consultora Ernst and Young (The Irish Times, 13/3/2008) En Agosto 2007, una semana después de que la dirección de este banco público asegurara que tenía suficiente liquidez, entraba en quiebra, porque la devaluación de esos valores respaldados por hipotecas de escasas garantías que estaban siendo impagadas en los EEUU y la incertidumbre generada, hicieron que le fuera imposible conseguir los 17,300 millones $ necesarios para la continuidad del negocio.
El banco Sachsen LB, propiedad del Estado de Sajonia, tenía su sede central en Leipzig y había entrado en el negocio financiero global de recaudar dinero a corto plazo mediante pagarés y otros efectos comerciales para hacer inversiones a largo plazo, incluidos los productos financieros relacionados con las hipotecas subprime. Y para esas operaciones había creado unos fondos o programas especiales que como estructuras artificiales, los denominados “conduit” o conductos y también llamados Structure Investment Vehicles (SIV), anotados fuera de su contabilidad; es decir, unos procedimientos conocidos únicamente por los gestores del banco pero no por los dueños.
El floreciente negocio especulativo
La quiebra material se produjo porque la restricción de créditos generada por la crisis financiera en Agosto 2007 le impedía para hacer frente a los vencimientos de los bonos emitidos por su fondo especial de inversiones Ormond Quay domiciliado en Irlanda. Incluso antes, cuando ya la crisis del crédito subprime comenzaba extenderse desde los EEUU a Europa - subraya el informe de la consultora citada - el Consejo de Administración del banco aprobó nuevos negocios “extracontables” que le llevaron a la quiebra.
“Había dos problemas en el banco: la gestión de riesgos no funcionaba y el banco estaba implicado en un volumen financiero que excedía todos los límites”; según declaraciones del ministro de finanzas de Sajonia. El valor de las actividades financieras del Sachsen LB Europe plc (SLBE) y de tres instrumentos o “conductos” totalmente extracontables, pasaron de los 4,000 millones de euros en 2003 a los 26,000 € en 2007. Al amparo de la flexibilidad legislativa y la baja fiscalidad de Irlanda destinadas a la atracción de negocios financieros, el volumen del “conducto” domiciliado en Dublín se hinchó hasta los 43,000 millones de euros. A ese instrumento especial le había estado proporcionando una línea de crédito el Sachsen LB hasta la crisis financiera (Ft, 18/8/2007)
Las operaciones de la entidad irlandesa se basaban casi exclusivamente en la inversión de los productos de alto riesgo más tocados por la turbulencia financiera, al mismo tiempo que el banco de Leipzig se hacía cada vez más dependiente de esa filial, que contribuía al 82,3 % de sus resultados financieros entre el 2002 y el 2006; sin que el banco tomara ninguna medida hasta que explotó la crisis subprime, afirma el citado Informe, porque “los riesgos no los conocía el consejo del banco o subestimaba su volatilidad”.
La homologación europea del rescate del banco.
Ante la situación próxima a la bancarrota del Sachsen LB, al Asociación Alemana de Cajas de Ahorro (Sparkassen Finanzgruppe) aportó los 17,300 millones de euros que necesitaba el “conducto” Ormond Quay como liquidez imprescindible para sus vencimientos pendientes durante el verano y el otoño; aunque se dice que la Autoridad financiera alemana (BAFIN) estuvo considerando su cierre. Y otro banco público, el Landesbank Baden-Württemberg (LBBW) se mostró dispuesto a comprar al Sachsen LB, escudriñando su contabilidad hasta que en diciembre 2007 se concertó su rescate a precio de saldo, con una garantía del Estado de Sajonia de 2.750 millones de euros para la cobertura de los posibles riesgos financieros de los valores subprimes (Spiegel on line, 13/12/2007)
En junio 2008 la comisión europea aprobaba la “reestructuración del Sachsen LB”, considerando que las ayudas recibidas del Estado alemán no suponían una distorsión del mercado financiero; puesto que conforme a las previsiones establecidas en la UE “la ayuda debe restaurar la viabilidad a largo plazo de la sociedad en dificultad; la ayuda del Estado debe estar limitada al mínimo necesario y el receptor debe hacer una aportación propia significativa y las distorsiones potenciales de la competencia creadas por la ayuda deben minimizarse con medidas compensadotas” (IP/08/2008)
Indudablemente, la Comisión acierta al considerar que estas ayudas financiera al banco Sachsen LB no afectan a la competencia, porque en realidad esa competencia se produce en los mercados globales en los que este banco apenas tiene relevancia. Y es que las reglas de la competencia para el mercado europeo previstas para el mercado interior europeo, en materia financiera se proyectan sobre mercados globales, lejos del espíritu y la letra original del Tratado de Roma proyectado para una unión económica con un mercado exclusivamente europeo. Un ejemplo más de la sinrazón de la regulación financiera en la UE.-
En junio 2008 la Comisión europea hacía pública la aprobación del rescate con dinero público del banco alemán Sachsen LB, sin tomar en consideración que su Consejo de administración había ignorado los riesgos de las operaciones financieras con valores subprimes que realizaba desde el paraíso fiscal irlandés, como asegura un informe de 200 páginas de la consultora Ernst and Young (The Irish Times, 13/3/2008) En Agosto 2007, una semana después de que la dirección de este banco público asegurara que tenía suficiente liquidez, entraba en quiebra, porque la devaluación de esos valores respaldados por hipotecas de escasas garantías que estaban siendo impagadas en los EEUU y la incertidumbre generada, hicieron que le fuera imposible conseguir los 17,300 millones $ necesarios para la continuidad del negocio.
El banco Sachsen LB, propiedad del Estado de Sajonia, tenía su sede central en Leipzig y había entrado en el negocio financiero global de recaudar dinero a corto plazo mediante pagarés y otros efectos comerciales para hacer inversiones a largo plazo, incluidos los productos financieros relacionados con las hipotecas subprime. Y para esas operaciones había creado unos fondos o programas especiales que como estructuras artificiales, los denominados “conduit” o conductos y también llamados Structure Investment Vehicles (SIV), anotados fuera de su contabilidad; es decir, unos procedimientos conocidos únicamente por los gestores del banco pero no por los dueños.
El floreciente negocio especulativo
La quiebra material se produjo porque la restricción de créditos generada por la crisis financiera en Agosto 2007 le impedía para hacer frente a los vencimientos de los bonos emitidos por su fondo especial de inversiones Ormond Quay domiciliado en Irlanda. Incluso antes, cuando ya la crisis del crédito subprime comenzaba extenderse desde los EEUU a Europa - subraya el informe de la consultora citada - el Consejo de Administración del banco aprobó nuevos negocios “extracontables” que le llevaron a la quiebra.
“Había dos problemas en el banco: la gestión de riesgos no funcionaba y el banco estaba implicado en un volumen financiero que excedía todos los límites”; según declaraciones del ministro de finanzas de Sajonia. El valor de las actividades financieras del Sachsen LB Europe plc (SLBE) y de tres instrumentos o “conductos” totalmente extracontables, pasaron de los 4,000 millones de euros en 2003 a los 26,000 € en 2007. Al amparo de la flexibilidad legislativa y la baja fiscalidad de Irlanda destinadas a la atracción de negocios financieros, el volumen del “conducto” domiciliado en Dublín se hinchó hasta los 43,000 millones de euros. A ese instrumento especial le había estado proporcionando una línea de crédito el Sachsen LB hasta la crisis financiera (Ft, 18/8/2007)
Las operaciones de la entidad irlandesa se basaban casi exclusivamente en la inversión de los productos de alto riesgo más tocados por la turbulencia financiera, al mismo tiempo que el banco de Leipzig se hacía cada vez más dependiente de esa filial, que contribuía al 82,3 % de sus resultados financieros entre el 2002 y el 2006; sin que el banco tomara ninguna medida hasta que explotó la crisis subprime, afirma el citado Informe, porque “los riesgos no los conocía el consejo del banco o subestimaba su volatilidad”.
La homologación europea del rescate del banco.
Ante la situación próxima a la bancarrota del Sachsen LB, al Asociación Alemana de Cajas de Ahorro (Sparkassen Finanzgruppe) aportó los 17,300 millones de euros que necesitaba el “conducto” Ormond Quay como liquidez imprescindible para sus vencimientos pendientes durante el verano y el otoño; aunque se dice que la Autoridad financiera alemana (BAFIN) estuvo considerando su cierre. Y otro banco público, el Landesbank Baden-Württemberg (LBBW) se mostró dispuesto a comprar al Sachsen LB, escudriñando su contabilidad hasta que en diciembre 2007 se concertó su rescate a precio de saldo, con una garantía del Estado de Sajonia de 2.750 millones de euros para la cobertura de los posibles riesgos financieros de los valores subprimes (Spiegel on line, 13/12/2007)
En junio 2008 la comisión europea aprobaba la “reestructuración del Sachsen LB”, considerando que las ayudas recibidas del Estado alemán no suponían una distorsión del mercado financiero; puesto que conforme a las previsiones establecidas en la UE “la ayuda debe restaurar la viabilidad a largo plazo de la sociedad en dificultad; la ayuda del Estado debe estar limitada al mínimo necesario y el receptor debe hacer una aportación propia significativa y las distorsiones potenciales de la competencia creadas por la ayuda deben minimizarse con medidas compensadotas” (IP/08/2008)
Indudablemente, la Comisión acierta al considerar que estas ayudas financiera al banco Sachsen LB no afectan a la competencia, porque en realidad esa competencia se produce en los mercados globales en los que este banco apenas tiene relevancia. Y es que las reglas de la competencia para el mercado europeo previstas para el mercado interior europeo, en materia financiera se proyectan sobre mercados globales, lejos del espíritu y la letra original del Tratado de Roma proyectado para una unión económica con un mercado exclusivamente europeo. Un ejemplo más de la sinrazón de la regulación financiera en la UE.-
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