A pesar de los cientos de miles de millones de dólares repartidos entre los bancos, el auténtico problema de nuestros gobernantes es que el crédito no llega a las empresas y a los particulares. De ahí la incomodidad del ministro Solbes al responder al periodista en la conferencia de prensa del pasado viernes, que todos sus colegas del ECOFIN habrían manifestado la misma insatisfacción con la banca, porque se está reservando el dinero público recibido para reducir su endeudamiento en lugar de trasladarlo en créditos para la economía real. Hoy en día, como solución alternativa para el crédito llegue a la economía real, son ya muchos los observadores que apuntan que los gobiernos asuman el control pleno de los bancos, nacionalizándolos como acaba de hacer el gobierno irlandés.
Aunque desde hace meses Irlanda garantiza todos los depósitos bancarios y pese al anuncio de una inyección de miles de millones de euros para los tres grandes bancos del país, el gobierno ha decidido la nacionalización del Anglo Irish Bank el 15 de enero de 2009, que habrá de ser ratificada por el Parlamento.
Pero, en este caso, la nacionalización no pretende facilitar créditos sino que es el recurso último para controlar una banca sumida en una gestión opaca y escasamente supervisada, que se ha visto afectada por “serios daños reputacionales” tras la revelación reciente de que el anterior presidente Sean FitzPatrick había recibido préstamos secretos por más de 87 millones de euros, que no se han registrado en las cuentas del banco durante un periodo de ocho años.
Además, se ha considerado que la quiebra de este banco irlandés podría haber afectado a todo el sistema bancario irlandés, porque financiaba a las principales inmobiliarias y constructoras hundidas ahora tras el estallido de la burbuja inmobiliaria que sufre Irlanda, como ha ocurrido en España.
Y como es ya una práctica homologada en nuestras democracias, esta nacionalización se hace extensiva a todo este Grupo bancario con sus sucursales y filiales, reales y ficticias. En el estado de las cuentas aprobado por el Consejo de Administración del 2 de diciembre de 2008, encontramos datos sobre su amplia red de filiales y sucursales radicadas en paraísos fiscales offshore como Suiza (Anglo Irish Bank-Suisse), Jersey (Anglo Irish Corporation plc) y la Isla de Man con un fideicomiso del Grupo (the Isle of Man trust subsidiary), entidades dedicadas a la “private banking”, a la gestión de grandes fortunas con mínimo “coste fiscal”.
La reflexión política sobre este y otros rescates bancarios analizados en nuestra serie crisis financiera y paraísos fiscales, nos lleva a la conclusión de que este “socialismo” viene viciado de origen, porque se apoya en la necesidad funcional (políticamente indemostrable) de evitar el derrumbe del banco pero manteniendo intacto el sistema. En ningún caso pretende servir al interés general de los ciudadanos sino que beneficia al interés particular de los accionistas que venían percibiendo los dividendos. El Estado se subordina al interés de los dueños y gestores del sistema bancario.-
Aunque desde hace meses Irlanda garantiza todos los depósitos bancarios y pese al anuncio de una inyección de miles de millones de euros para los tres grandes bancos del país, el gobierno ha decidido la nacionalización del Anglo Irish Bank el 15 de enero de 2009, que habrá de ser ratificada por el Parlamento.
Pero, en este caso, la nacionalización no pretende facilitar créditos sino que es el recurso último para controlar una banca sumida en una gestión opaca y escasamente supervisada, que se ha visto afectada por “serios daños reputacionales” tras la revelación reciente de que el anterior presidente Sean FitzPatrick había recibido préstamos secretos por más de 87 millones de euros, que no se han registrado en las cuentas del banco durante un periodo de ocho años.
Además, se ha considerado que la quiebra de este banco irlandés podría haber afectado a todo el sistema bancario irlandés, porque financiaba a las principales inmobiliarias y constructoras hundidas ahora tras el estallido de la burbuja inmobiliaria que sufre Irlanda, como ha ocurrido en España.
Y como es ya una práctica homologada en nuestras democracias, esta nacionalización se hace extensiva a todo este Grupo bancario con sus sucursales y filiales, reales y ficticias. En el estado de las cuentas aprobado por el Consejo de Administración del 2 de diciembre de 2008, encontramos datos sobre su amplia red de filiales y sucursales radicadas en paraísos fiscales offshore como Suiza (Anglo Irish Bank-Suisse), Jersey (Anglo Irish Corporation plc) y la Isla de Man con un fideicomiso del Grupo (the Isle of Man trust subsidiary), entidades dedicadas a la “private banking”, a la gestión de grandes fortunas con mínimo “coste fiscal”.
La reflexión política sobre este y otros rescates bancarios analizados en nuestra serie crisis financiera y paraísos fiscales, nos lleva a la conclusión de que este “socialismo” viene viciado de origen, porque se apoya en la necesidad funcional (políticamente indemostrable) de evitar el derrumbe del banco pero manteniendo intacto el sistema. En ningún caso pretende servir al interés general de los ciudadanos sino que beneficia al interés particular de los accionistas que venían percibiendo los dividendos. El Estado se subordina al interés de los dueños y gestores del sistema bancario.-
1 comentario:
Publicar un comentario