La razón de Europa ya no es neutralizar los antagonismos de los países europeos entre sí. Esto ya lo hemos hecho... Ahora el problema es si somos capaces de construir una respuesta común a los problemas de un mundo global... (que) no los podrá resolver un país solo. Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo, en El País, 2006
lunes, 10 de agosto de 2009
¿La crisis ha hecho progresar a Europa?
“Europa, entretanto, no está teniendo una buena crisis. Su sistema financiero y económico ha resultado ser mucho más vulnerable que muchos esperaban”, decía en mayo último el economista senior del Financial Times, Martin Wolf (19/5/2009)
“Todos los europeos han sido victimas del mismo seísmo financiero y hoy sufren todos la misma recesión económica. Una reacción común se impone mucho más porque el choque ha sido simétrico y los riesgos corridos han sido compartidos por igual”. Afirma, por su parte, Michel Aglietta en su reciente libro “LA CRISE. Pourquoi en est-on arrivé là? Comment en sortir?” ; del que tomamos prestado el título del capitulo 8, del cual comentaremos dos puntos.
Este renombrado profesor de ciencias económicas de la Universidad de Paris-X-Nanterre, conocido por su pensamiento crítico, piensa que “hoy los europeos afrontan un doble problema: la ausencia de un presupuesto federal y la debilidad institucional de la Unión”
Necesidad de un presupuesto federal europeo
Aglietta defiende la necesidad de establecer un presupuesto europeo, al menos un embrión de presupuesto comunitario para responder colectivamente a la recesión económica. Los planes de cada gobierno pondrán de relieve que el pacto europeo de estabilidad y de crecimiento (con sus límites del 3% al déficit fiscal nacional y el 60 % del PIB al endeudamiento público) en la práctica ha quedado provisionalmente suspendido en espera de mejores tiempos.
Considera que la crisis ofrece la oportunidad de entrar en una nueva etapa de la construcción europea y de crear una situación irreversible. Eso es exactamente lo que hicieron los EEUU cuando la crisis de los años treinta del pasado siglo, en que el poder central de Washington se vio reforzado, dotándose de un presupuesto federal del que carecía hasta entonces.
Necesidad de un gobierno económico europeo
“La crisis financiera ha permitido esbozar lo que sería un gobierno del Eurogrupo. La crisis económica no ha permitido hasta el momento dar cuerpo a ese esbozo”, subraya Aglietta (pág.97). Por primera vez, los Estados de la UE han dado una respuesta conjunta a una crisis financiera. Porque les ha hecho tomar conciencia viva del carácter paneuropeo del sistema bancario, de manera que ninguno de ellos por separado podía resolver los problemas que encontraban sus bancos nacionales; pero sus operaciones, la estructura de sus activos y de sus deudas son europeas e incluso mundiales, como han revelado los casos de los bancos rescatados de Fortis y Dexia, por ejemplo.
Sin embargo, la UE no dispone de un presupuesto común como sucede en los EEUU, como tampoco dispone de un organismo de supervisión bancaria capaz de proporcionar una visión de conjunto de las actividades de un banco en los diferentes países de la Unión. “El control prudencial –la solvencia bancaria - está parcelado entre los Estados y deja que desear” (Pág. 91) Algo que ha dado lugar a casos de descontrol (cafouillages) bancario en la aplicación de los planes de salvación y que han demostrado la urgente necesidad de crear una agencia de supervisión europea ligada al BCE, opina este profesor universitario.
“La ausencia de un organismo central europeo de observación y de control bancario es un obstáculo técnico para la ejecución de un acción concertada. La ausencia de un verdadero gobierno económico europeo es un handicap político para la toma de decisiones”, concluye Aglietta (pág. 93).
Si, además, tenemos en cuenta – añadimos nosotros – que, de los 8,000 bancos europeos, solamente 40 entidades multinacionales disponen de 2/3 del total de activos financieros en la Unión, comprenderemos que esa carencia que señala el prestigioso profesor francés, no es un resultado histórico del azar sino que responde a determinadas políticas neoliberales de los noventa que actualmente amparan la existencia de los paraísos fiscales del entorno europeo, como hemos documentado en nuestro libro La Europa opaca de las finanzas y que hemos comentado en bastantes artículos publicados en esta web.-
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