jueves, 22 de octubre de 2009

Blair, un impresentable candidato a la presidencia de la Unión Europea



Cuando Tony Blair inició su presencia en la prensa internacional, muchos analistas políticos anglófonos aseguraban que se trataba del típico político cuya imagen pública era la creación de los muñidores de relaciones públicas (spin-doctors) que tenia a su servicio. Más de diez años después, su última etapa como representante de la UE y el cuatripartito “para la paz en el Oriente Medio” ha mostrado su escasa talla en política internacional.

Aparte de su nefasta asociación con Bush para la invasión y destrucción de Irak (recordemos la foto de Las Azores) y su incapacidad para reformar la arcaica Cámara de los Lores, como dato menos difundido de su trayectoria como gobernante, subrayemos que el supuesto europeismo de Tony Blair ha hecho que el Reino Unido esté muy lejos de ser un modelo como socio europeo. Por ejemplo, Blair-Brown han consolidado las peculiaridades fiscales británicas que incluyen facilidades para el lavado de dinero sucio, que justifican la inclusión del Reino Unido entre los paraísos fiscales. Los gobiernos laboristas convalidaron una de las mayores excepciones en la tributación de las rentas exteriores, que exime de tributación a mega ricos. Este privilegio del no-domicilio beneficia a ciertos residentes temporales, registrados pero sin domicilio legal en las Islas Británicas, que quedan exentos de tributación sobre sus ingresos obtenidos fuera del Reino Unido, siempre que no los traigan al país. Esta modalidad de evasión fiscal legalizada cubre a unos 112,000 superricos, entre ellos el oligarca ruso del petróleo Román Abranmovich, considerado el hombre más rico del Reino Unido. De nada han servido las voces de protesta contra la regla del no-domicilio que han llegado hasta el Congreso anual de los sindicatos.

En la Gran Bretaña de las mayorías absolutas de Tony Blair- Brown, se ha afianzado el papel internacional de la City de Londres como centro financiero internacional, antes y después de la crisis, gracias a los beneficios fiscales para los bonos de la corporaciones globales como para el blanqueo internacional de dinero sucio, como queda reflejado en los informes anuales de la Oficina contra el Narcotráfico del Departamento de Estado de los EEUU; y que hemos documentado en La Europa opaca de las finanzas junto a la vinculación de la City con la red de paraísos fiscales británicos.

Tras la llegada al poder, el primer gobierno Blair-Brown encargó dos investigaciones oficiales sobre los centros financieros offshore británicos, que eran más de la mitad de la lista oficial de paraísos fiscales de la OCDE de 2000; pero fue incapaz de aplicar sus recomendaciones. Todo lo contrario: su papel como refugios del dinero sucio quedó afianzado por la política de Tony Blair. Y mantuvo el estatus constitucional de las Islas del Canal y de la Isla de Man como reliquias medievales que ha resultado funcional para el desarrollo de las finanzas globales descontroladas. Asimismo, Blair favoreció a las oligarquías insulares del Caribe, desde las Caimán a Montserrat, para que alcanzaran su mayor desarrollo como centros financieros para no residentes.

En resumen, “Tony Blair no debe presidir Europa” es el título de un interesante de un conocido diplomático español, publicado en El País.-

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