La Comisión europea presidida por Barroso, que dice combatir
la evasión y el fraude fiscal, en lugar de eliminar los paraísos fiscales
europeos existentes, promueve un nuevo paraíso fiscal para bancos y grupos
financieros. Letonia se convertirá en otro nuevo miembro del Eurogrupo el
primer día de enero de 2014. Y ese día entrará en vigor una nueva legislación
fiscal que atraerá capitales compitiendo con Chipre y Malta como centro
financiero offshore, para no residentes. Algo que, según anticipa el periódico
alemán Spiegel (11/7/2013), podría ser un nuevo factor de desestabilización de
la economía europea, tratándose de un país que en realidad aún no ha superado
la crisis económica.
Recordemos que unos años después de su ingreso en 2004, los
países bálticos entraron en una crisis económica que reveló la
vulnerabilidad que la Unión Europea ofrece a sus miembros, al obligarles a una
apertura financiera extracomunitaria sin controles, según subrayábamos en esteblog en 2009. La masiva llegada de capital financiero (algo similar a lo que sucedió
en España) generó espectaculares burbujas de crédito en la construcción y
especulación, cuyo estallido produjo luego caídas también espectaculares del
PIB de dos dígitos en los tres países. En el caso de Letonia, un país de 2,3
millones de habitantes, la economía había caído
casi un 20 % en el primer semestre de 2009, que se tradujo en recortes
salariales del 20 % en el sector público y hasta del 15 % en el sector privado.
Para el actual gobierno letón de Valdis Dombroski, buscando
la entrada en la eurozona, abrazó la política de austeridad de estilo alemán
dentro de un tipo de cambio fijo de su moneda nacional al euro. En lugar de
optar por una devaluación de su propia moneda, que era el consejo del FMI,
Letonia optó por una “devaluación interna” de su economía, el patrón aplicado a
los países del euro en crisis. Y el hecho es que aún tiene que recuperar los
niveles anteriores a la crisis, con bajada del nivel de vida y donde el desempleo
sigue siendo elevado, aunque estadísticamente lo oculta la emigración, según el análisis del semanario británico The
Economist (11/6/2013)
Sin embargo, como proponía la Comisión europea, este mes de
julio los ministros europeos de finanzas
dieron su visto bueno para que Letonia se incorpore a la eurozona al comenzar
2014. Y con las nuevas leyes fiscales, el gobierno pretende que con el euro
afluya capital financiero para situar a este país báltico al nivel de Chipre,
Malta o Irlanda, conocidos paraísos fiscales.
Es un resulta más
del peso de la lobbycracia de Bruselas compuesta por grandes bancos y grupos
financieros y corporaciones, como analizo en Los lobbies financieros, tentáculos del poder.
Hace escasos meses,
la masiva investigación del Consorcio Internacional de periodistas de
investigación (the International Consortium of
Investigative Journalists /ICIJ) reveló
la evasión fiscal a gran escala emprendida por las multinacionales del planeta.
Y el presidente Barroso y toda la Comisión europea se apresuraron a declarar
que era una prioridad el combate contra el fraude tributario. Pura retórica
huera porque, como siempre, en la práctica suelen hacer justamente lo contrario
de lo que declaran. En lugar de eliminar los paraísos fiscales existentes,
añaden uno nuevo, como denunciaba en la citada publicación alemana,
europarlamentario del Grupo de los Verdes, Sven Giegold, antiguo compañero
nuestro en el comité fundador de Tax Justice Network.
Con el beneplácito de la Comisión y el Consejo europeos, en
Letonia el tipo impositivo para las empresas es solo del 15 %, muy inferior al
promedio del 23,5 en la UE. Dentro de la eurozona, el tipo más bajo del 12,5 %
lo encontramos solamente en Chipre e Irlanda; que tenían un sistema bancario
que se colapsó y que fueron rescatados por la UE con dinero público sin que les
exigiera modificar su fiscalidad desleal.
Y en Letonia las sociedades de cartera o holdings
(sociedades que consisten en gestionar las acciones de otras compañías) disfrutan
de amplios beneficios. Desde principios de 2013, están exentas de tributación
las ganancias obtenidas mediante dividendos y venta de acciones; y tampoco
tributa la transferencia al exterior de tales beneficios. Más aún, a partir de
2014 los holdings de Letonia ya no tendrán que pagar impuestos por los
intereses y coste de licencias pagadas a otras sociedades. Y lo que es más
importante Letonia se convertirá en
plataforma para operaciones financieras internacionales, que es el rasgo básico
de la mayoría de los paraísos fiscales como he reiterado tantas veces. Con esas estructuras, no
solamente se permitirá a los extranjeros que depositen fondos en los bancos de
Letonia; sino que utilizarán este nuevo centro financiero offshore como cabeza
de puente para transferir dinero con bajo “coste fiscal” desde Europa hacia otros
paraísos fiscales como las Islas Caimán o Bermudas. Para tales transferencias, la
legislación letona impone comisiones incluso inferiores a las exigidas en
países como Malta, Chipre, Irlanda y Holanda.
Por otra parte, se subraya que este país báltico ofrece factores
que facilitarán la llegada de dinero ruso
atraído por este nuevo paraíso fiscal. En Letonia existe una amplia
minoría que habla ruso, que sitúan a este país báltico como eje del transporte
para las exportaciones procedentes de Rusia y de otros países del entorno ex
soviético. Más aún, con el colapso de los dos mayores bancos de Chipre, parece
que la atención se ha desviado hacia los bancos letones que ya tienen sustanciales
depósitos rusos, aunque en menor volumen que el de los sobredimensionados banco
chipriotas.
A pesar de estos hechos, ningún político europeo cuestiona
es el actual diseño de la Unión Europea como mero espacio financiero, donde la fiscalidad es competencia de los
Estados miembros, mientras los capitales financieros gozan del privilegio de la
movilidad interna y externa sin restricciones, sin regulación supranacional ni
supervisión comunitaria. Unas normas básicas que crean el lado oscuro de la Unión Europea con
consecuencias nefastas para los Estados miembros y para los ciudadanos
europeos. -