Apenas hace un mes Galicia se quedaba definitivamente sin sus
Cajas de Ahorro. En adelante, el ahorro gallego estará en manos de gestores
financieros globales.
El primer paso fue la fusión de Caixa Galicia y Caixa Nova,
patrocinada por la Xunta de Galicia y basada en el informe de la auditora KPMG
que valoraba los activos de ambas Cajas en un capital de 1714 millones de
euros… hasta el 11 de septiembre de 2011. Al día siguiente, cuando los
inspectores del Banco de España habían ya revisado las cuentas de las dos Cajas,
su capital conjunto se redujo a 181 millones.
Y el Estado tuvo que inyectar 9050 millones para que el
nuevo banco resultante, NCG, fuera solvente con un capital propio del 9 % en
relación a su pasivo (depósitos y deudas). Y un nuevo equipo gestor “saneó las
cuentas” con recortes y ventas.
Hubo muchos dimes y diretes políticos y periodísticos, etc.
Pero a NADIE se le ocurrió pedir responsabilidades a KPMG, la auditora
norteamericana (una de las cuatro grandes mundiales) que se fue de rositas en este
como en tantos casos similares en el mundo.
Mediados noviembre pasado, el FROB, brazo financiero del
Gobierno, vendió el banco español Novagalicia (56,754 millones de activos y 672
oficinas) al venezolano Banesco (21,631 millones de activos y 600 oficinas). El
comprador es el primer banco privado de Venezuela.
¿El precio de venta?
1003 millones, a pagar el 40 % al contado (400 millones) y
603 a pagar hasta 2018, según todos los medios. El presidente de Banesco – que
escribe tuists en gallego – decía asumir “el compromiso de mantener la gestión,
la sede, la obra social en Galicia y el empleo”; y que estudiará el asunto de
los preferentistas. Lo que no dijo fue hasta cuando será dueño. ¿Hasta que
recuperada la economía logre un precio de venta multiplicando por equis el escandaloso
precio de compra?
Eso si: el Gobierno logró recuperar 1000 millones, pero los
españoles se han quedado sin otro banco público que facilite créditos a las
PYMES y al consumo.
Galicia, sin embargo, no se ha visto perturbada por ningún
Gamonal. Cada uno a lo suyo. Unos, a lo que digan sus jefes en el Gobierno;
otros, a sus disputas internas por el poder retribuido; y un sector de los
intelectuales dedicados a debatir si pulpo o polbo.-
(Publicado en www.elcercano.com 21/1/2014)
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