Uno de los debates más relevantes
del Foro Económico de Davos en enero de 2014 ha sido la cuestión de si los mercados son más seguros ahora que lo eran hace cinco años. Como podemos
apreciar en el video publicado resulta interesante el contraste de percepciones
y opiniones entre tres ejecutivos financieros y una académica que ha estudiado
el tema con visión crítica.
Desde la perspectiva de los
EEUU y el Reino Unido, como apunta en la introducción al debate Martin Wolf,
editor asociado y principal comentarista del Financial Times, el sistema
financiero estuvo hace cinco años al borde
del abismo. Millones de personas perdieron sus empleos y se colapsó la
producción económica (Lamentablemente, para España y parte de Europa esos
efectos están todavía presentes). Y la cuestión ahora – dice Wolf- no es
simplemente si el sistema financiero está parcialmente mejor desde la mayor
crisis financiera en 80 años, sino si es razonablemente seguro.
La unanimidad brilló por su
ausencia en las respuestas de los cuatro expertos participantes en el debate: tres
altos ejecutivos con intereses económicos directos en tres grandes entidades
globales y una profesora de la Universidad de Stanford en EEUU especializada en
finanzas.
En esta brevísima referencia
recogemos algunas de las ideas más destacadas que se expresan en el debate que
podemos ver y escuchar en el video abajo.
Para el presidente del
enorme holding bancario HSBC, “los
mercados son seguros y lo son de modo importante”. “A excepción de la industria de la energía nuclear, virtualmente a ninguna
otra industria se le exige prepararse para un desastre como se exige a la banca”.
Razona sus afirmaciones tajantes apoyándose en los mejores ratios de capital, la
disponibilidad de mayor liquidez y en la mejora de la supervisión bancaria y la
gestión interna de riesgos, gracias a las pruebas de resistencia, a una mejor
estructura de incentivos retributivos
internos; a los planes de disolución bancaria en caso de quiebra y las mejoras
en las cámaras de compensación para los
derivados financieros, según su opinión.
Sin embargo, gran parte de
esos razonamientos fueron rebatidos por el estadounidense Paul Singer,
fundador y consejero delegado del multimillonario fondo de alto riesgo Elliot
Management de EEUU (matriz de algunos de los fondos buitres que combaten al
Estado argentino en los tribunales estadounidenses y mediante los lobbies
contratados ad hoc, como hemos contado en este blog). Considera este multimillonario
que el mayor riesgo del sistema sigue estando en el apalancamiento y en la
opacidad de los derivados financieros que se crean, riesgo que es ahora mayor
que nunca.
“Los balances han sido negativos para la sociedad desde que se
inventaron los derivados”. “Los
mayores bancos del mundo disponen también de las mayores carteras de activos
bursátiles y me pregunto s comprenden sus riesgos”, llega a decir Paul
Singer. Y apunta la incertidumbre que rodea el final de la llamada flexibilidad
monetaria, la compra milmillonaria de valores a los grandes bancos que practica
la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y también el BCE para facilitar la
liquidez que necesita el sistema financiero (y que no llega a la economía real,
añadimos). Y asimismo señala los riesgos por la mayor debilidad de la posición
fiscal de los principales países que los han incrementado en comparación con
2008.
Por su parte, Anat Admati, profesora
de finanzas y economía de la Universidad de Stanford y autora de libros
críticos sobre la gran banca, compara la aparente estabilidad actual con el escenario de 2006, cuando se
alcanzaron cifras récords de beneficios justo poco antes de que la crisis del
sistema forzara al gobierno a recatarlos. Esta profesora mantiene que los
bancos tienen demasiadas deudas y riesgos en sus balances. ”Las reformas del sistema financiero son
únicamente retoques (tweaks)”. “El
sistema tiene que ser mucho más seguro que antes porque puede hacer mucho más
daño que antes”, afirma.
Para Antony Jenkins, principal
ejecutivo del banco Barclays del Reino Unido, los negocios del sistema
financiero tienen como misión gestionar el riesgo. Y considera que es mejor que
ese riesgo se concentre en las manos de profesionales estrechamente regulados, en
vez de que se retengan en los balances corporativos o que emigren al sistema
bancario en la sombra desregulado (sin control de los bancos centrales como
sucede con las operaciones vía paraísos fiscales). ”La finalidad del sistema financiero es el mayor bien de la economía”.
“Las crisis financieras son desastres
generados por el hombre”.
Sostiene este financiero
británico que es normal que las compañías aéreas que tienen que afrontar
posibles subidas del fuel busquen protección “comprando” derivados o hagan lo
mismo los gestores de los grandes fondos de pensiones para asegurar la
rentabilidad de sus inversiones financieras. (Aclaremos que los derivados son
contratos de apuestas contra las subidas o las bajadas de los precios de
activos financieros adquiridos por el contratante, con los cuales según la
teoría los operadores se protegen apostando con un gran banco que va a subir o
bajar, según le interese al apostante, el precio al que ha adquirido el activo y
al cual se refiere el derivado financiero. Lo explicamos detalladamente en El
Casino que nos gobierna y pueden verse entradas anteriores al respecto en este
blog)
A pesar de los desacuerdos
evidentes entre los panelistas sobre el estado actual del sistema
financiero – al contrario de lo reseñado
en algunos medios de comunicación en castellano y en inglés- mostraron cierto
acuerdo en algunas acciones que serían necesarias para mejorar la seguridad de
las finanzas; por ejemplo, mayor transparencia para las operaciones con
derivados, exigiendo mayores garantías para los activos depositados previamente
para los pagos llegado el caso. Las regulaciones deberían cubrir no solamente a
los bancos sino también a las compañías de seguros que son operadores en los
mercados financieros. Y coincidieron en que los bancos deberían cambiar su
cultura para hacer de la gestión de riesgos una prioridad. Sin embargo, excepto
para la profesora que sí menciona el asunto, los tres altos ejecutivos financieros citados ignoran
el asunto del crédito a la economía real que es la razón de ser del sistema
financiero, como era cuando era realmente un mercado de capitales que convertía
el ahorro en inversión directa.
En general, los dos mil
doscientos asistentes a Davos este año compartían un ambiente de relativo
optimismo sobre el futuro de las finanzas y la economía. Pero, como destacaron las
reseñas de algunos reporteros, ese optimismo se desvaneció cuando al tercer día
tuvieron noticia de que el peso argentino se desplomaba junto con las monedas
de Tailandia, Turquía y otros países. Y
todo el mundo pudo recordar que hoy el sistema financiero mundial (incluida la
banca española) goza todavía del amparo de los contribuyentes a través de los
estímulos monetarios de la Reserva Federal, el BCE y otros bancos centrales,
que con dinero público son quienes sostienen las finanzas como negocios privados
ajenos a la economía real de las empresas productivas que dan empleo y riqueza.-
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