Después de la victoria electoral en Grecia de un partido político
que tiene en cuenta los intereses de los ciudadanos, hay que recordar que hace
unos dos años la reestructuración de la deuda fue gran negocio para la gran
banca.
Por aquel entonces, nadie dudaba de que Grecia tendría que reestructurar
su deuda mediante la reducción del valor nominal de sus bonos (una quita).
Mientras que algunos economistas sugerían una reestructuración sostenible o una
reprogramación de la deuda que
extendiera la carga entre acreedores de modo más igualitario, lo cierto
es que se ignoraron estas sugerencias. Y en
2012, el gobierno aprobó la Ley sobre los tenedores de bonos griegos; una nueva
legislación, impuesta por la Troika (FMI, BCE y Comisión europea) que forzó a
los inversores a aceptar una quita, pero favoreciendo a los más grandes que
eran los tenedores extranjeros de bonos, gracias a la pretendida labor de
mediación de los representantes del Instituto de Finanzas Internacionales que
ejercieron una gran influencia como lobby mundial, como documento en mi libro
sobre los lobbies financieros. Lo cierto
es que los acreedores privados fueron muy bien tratados, mientras que la
mayoría de las pérdidas actuales y futuras se transferían a los acreedores
oficiales. La deuda pública de Grecia sería casi totalmente socializada,
afirmaba Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York, que en el
Financial Times sostenía que los acreedores privados habían sido los afortunados
([1]) Al parecer, los tenedores de bonos consiguieron un trato ventajoso
en general. El valor nominal de los nuevos bonos del canje por los viejos, era
muy superior a su precio en el mercado en ese momento. Algunos analistas han
señalado que Grecia concedió "muy
generoso trato de los acreedores discordantes" y que "los acreedores privados de Grecia fueron los
afortunados" ([2]). No sólo los grandes bancos recibieron un buen precio para
sus bonos, sino que el 49% del dinero del rescate (de la ayuda financiera
concedida a Grecia por la Troika) sirvió
luego para pagar a los bancos que tenían los bonos griegos. ([3])
Para más INRI, fondos buitre bastantes tan conocidos por los
argentinos como Dart Management de Kenneth Dart y Elliot Associates de Paul
Singer, hicieron dinero con estrategias de compra de deuda griega con descuento
con el propósito de utilizar la vía judicial llegado el caso, como antes habían
hecho en América Latina y en África, para lograr el pago de su valor nominal
íntegro, aunque en este caso griego ha sido ante los tribunales nacionales en
lugar de los tribunales extranjeros; es parte del contenido de mi nuevo libro Los fondos buitre, capitalismo depredador. En mayo de 2012, Dart Management junto con
otros pocos inversores que rechazaron la quita y amenazaron con demandar al
gobierno griego, por ejemplo, ante los tribunales estadounidenses, si no podían
conseguir el pago de los 436 millones de euros en bonos que se les debía.
Aunque el acuerdo de reestructuración de la deuda, que fue aceptado por el 95,7
por ciento de los bonistas, estos acreedores no aceptar tal acuerdo y
decidieron resistir los canjes. Pero mientras por mayoría de los acreedores
podía reestructurarse el cien por cien de los bonos soberanos cubiertos por la
legislación griega, que eran la mayoría de los bonos, en el caso de los bonos
griegos emitidos bajo la legislación inglesa los bonistas disconformes (o holdouts)
llegaban al 44 por ciento, según fuentes solventes como el Financial Times.
En conjunto, los tenedores de bonos disconformes conservaban
más o menos 6.400 millones de euros en
bonos griegos y estaban dispuestos a luchar por su cuota en el negocio. Dado el
temor a una batalla legal y sin un gobierno electo en su lugar, Grecia pagó a estos
fondos buitre el valor nominal sin quita, logrando un sustancioso beneficio
porque habían comprado la deuda con descuento. Y en mayo de 2012 a manos del
fondo buitre Dart Management fue a parar alrededor del 90% de los 436 millones
de euros recibidos por Grecia. El periódico The New York Times recordaba que
Dart Management sigue siendo un “fondo de inversión confidencial”, domiciliado
en las Islas Caimán; subrayando que es uno de los más conocidos de los fondos
buitres, que tienen un historial de compra de los bonos de los países en
dificultades o casi en bancarrota, y si no se les paga, demandan a los
gobiernos por el valor nominal del crédito. Asimismo, recordaba que Dart y el
otro fondo buitre poderoso, Elliott Associates, perfeccionaron esa estrategia
durante las diversas crisis de la deuda de América Latina en los últimos años. ([4])
[2] Zettelmeyer, Jeromin/ Trebesch,
Christoph/ Gulati, Mitu (2013) The Greek Debt Restructuring: An Autopsy,
Working Paper 13-8, Peterson Institute for International Economics,
www.iie.com/ publications/wp/wp13-8.pdf
[3] Frangakis,
Marica, Austerity: futile and dangerous
The experience of Greece, 19th Conference on Alternative Economic Policy in
Europe, 20-22/9/2013 en www2.euromemorandum.
eu/uploads/frangakis_the_futility_of_austerity.pdf
[4] Landon,
Thomas Jr. Bet on Greek Bonds Paid Off for ‘Vulture Fund’, The New York Times,
15/5/2012 en http://www.
nytimes.com/2012/05/16/business/global/bet-on-greek-bonds-paid-off-for-vulture-fund.html
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