"Los fondos buitre nos acechan y nadie parece preocupado por
ello"
MADRID.- Juan Hdez. Vigueras lleva casi veinte años
denunciando los excesos del sistema capitalista. Considerado todo un experto en
finanzas internacionales, este antiguo directivo de grandes empresas y actual
miembro del Consejo Científico de Attac-España ha escrito un buen puñado de
libros en los que siempre ha destacado por sus críticas aceradas contra los
paraísos fiscales, los lobbies financieros o los llamados mercados, a los que
no duda en definir como "un auténtico poder en la sombra".
Ahora acaba de publicar otro libro. El título lo dice
todo:Los fondos buitre, capitalismo depredador (Clave Intelectual). En esta
obra, Hdez. Vigueras carga contra los especuladores que al calor de la crisis y
de los recortes obtienen grandes beneficios con la deuda pública de países en
apuros y con los activos inmobiliarios que la banca rescatada vende a precio de
saldo. Y no sólo eso: esos fondos también compran con grandes descuentos a
Ayuntamientos como el de Madrid viviendas sociales para luego especular con los
alquileres.
Aunque cada vez se oye hablar más de los fondos buitre, Hdez
Vigueras cree, sin embargo, que hay poca preocupación por el asunto pese a que
España es uno de los países preferidos por estos especuladores. Por ello, llama
a que los ciudadanos se conciencien frente al peligro que representan estos
"depredadores".
"Con las inversiones puramente financieras lo único que
consigues es abundancia de liquidez para que el sistema siga funcionando en
beneficio de determinados grupos y no del país"
Lo primero que habría que preguntar es qué es un fondo
buitre.
No son entidades que tengan un perfil muy definido, en
realidad son fondos de inversiones de alto riesgo o de capital riesgo que
siguen una estrategia muy determinada: el punto de partida es que actúan en los
mercados de deuda. La deuda es un producto financiero que se puede comprar o
vender, y desde ese momento se convierte en un negocio. Y los fondos buitre son
fondos que se han especializado en hacer negocio con la deuda de los demás, ya
sea pública o privada.
En su libro cuenta a través de casos reales, como el de
Argentina, acosada por los fondos buitre, y advierte que España tampoco es
inmune.
En el futuro vamos a oír hablar más de los fondos buitre.
Existe una gran preocupación en toda Europa por el alto nivel de deuda pública.
Hay inquietud porque muchos piensan que no se podrá pagar. Ahora Europa está en
una tesitura complicada, es lo que Néstor Kirchner llamó "el endeudamiento
infinito": te endeudas y de pronto resulta que no puedes pagar tus deudas
porque no puedes pagar los intereses ni hacer frente a las amortizaciones;
entonces debes hacer una reestructuración, una quita, alargas los plazos de
pago... pero al final tu capacidad de funcionamiento financiero disminuye y la
deuda no se acaba nunca.
Y eso, supongo, deja mucho campo libre a los fondos buitre.
En España, de hecho, están haciendo buenos negocios y no sólo con la deuda:
también invierten en empresas, adquieren activos inmobiliarios a la Sareb e
incluso compran viviendas sociales a precio de saldo.
Sí, se les está abriendo un campo enorme con la devaluación
general de activos que se ha producido en España. Si no fuera por ese abaratamiento
de activos no estarían aquí, eso está claro. Nos acechan. Ese es su negocio y
su peligro: con el nivel de endeudamiento público y privado tan alto, corremos
el serio riesgo de ser también víctimas de estos fondos. Ahora se habla mucho
de esto, y eso es bueno porque en nuestro país no parece haber mucha
preocupación por el asunto.
Para algunos la presencia de estos fondos es positiva
porque, dicen, son inversión extranjera.
Mire, en todos los asuntos financieros hay un problema de
lenguaje. Ahora se habla de que este capital que viene, de estas inversiones
extranjeras, en los mismos términos en lo que se hablaba en los años 80. Pero
no es lo mismo. En aquella época las inversiones extranjeras eran inversiones
directas, aportaban tecnología e innovación y abrían nuevos sectores
productivos en España. Ahora no ocurre eso; ahora son sólo inversiones de
cartera, inversiones puramente financieras que por definición son temporales;
de hecho, se pueden ir mañana mismo en función de cómo vayan las cosas. Así no
resuelves nada, así lo único que consigues es abundancia de liquidez para que
el sistema siga funcionando en beneficio de determinados grupos y no del país.
Convendría concienciar a la gente sobre eso, pero ocurre una
cosa...
Dígame
En mi opinión falta conciencia crítica con todo lo que está
ocurriendo. El problema empieza por la poca publicidad que hay de datos. No es
un tema que esté en la agenda pública, porque en España hablamos mucho de las
consecuencias pero difícilmente se hablamos sobre las causas. Con respecto a
los mercados financieros, en España aún no se ha producido el cambio profundo
que se ha producido con la corrupción, que ya no se tolera ni se acepta tanto
como antes.
"En la medida que haya más conciencia crítica, habrá
más posibilidades de que surja un poder político que se enfrente a los mercados
financieros"
¿Una auditoría de la deuda pública ayudaría a parar los pies
a estos especuladores?
Eso sería lo deseable, pero a ver quién le pone el cascabel
al gato. En realidad es un problema de poder político. La posibilidad de hacer
un auditoría ya se debatió en Argentina cuando el país tenía un endeudamiento
tremendo y eso que se sabía que buena parte de la deuda venía de la época de la
dictadura. ¿Sabe lo qué pasó? Que al final no se hizo nada. Aquí en España se
habló de hacer una auditoría de la deuda cuando surgió Podemos, pero el debate
parece que se ha desvanecido un poco.
Usted cuenta en el libro que la ONU impulsa una resolución
que aboga por regular la reestructuración de la deuda pública de los Estados.
El asunto de la resolución de la ONU es una manera de
abordar el problema básico que supone la falta de regulación de los mercados
financieros. Con su resolución, la ONU plantea el asunto de qué sucede cuando
un Estado se endeuda de manera insostenible y se ve abocado a hacer
reestructuraciones. Como no hay normas globales, la ONU trata de cerrar un
grupo de trabajo del que se supone que saldrá una regulación de la quiebra de
los Estados, pero eso no aborda el origen del problema, que es, como ya he
dicho, cuando la deuda pública se convierte en un producto financiero.
¿Falta voluntad política o es que estos fondos buitre tienen
mucho poder?
La debilidad de los Estados frente a los mercados
financieros es una realidad que no podemos ignorar.
¿La emergencia de nuevas fuerzas políticas no permite ser un
poco más optimista?
Yo al menos sí lo soy. Creo que es necesario, primero, crear
una conciencia crítica sobre los problemas. En la medida que haya más
conciencia crítica, habrá más posibilidades de que surja un poder político que
se enfrente a los mercados financieros, que son un auténtico poder en la
sombra. Al menos hoy ya se habla abiertamente de cosas de las que nadie hablaba
hace cinco años. Ese es el camino, y lo vamos recorriendo poco a poco.
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