Mientras prosiguen las negociaciones entre el gobierno
griego de Syriza y la Troika (denominación ahora abandonada como concesión al
nuevo interlocutor), la incertidumbre política sigue siendo fuente de negocios
lucrativos en el casino financiero global, que amparan las instituciones
europeas y el FMI (EEUU).
Bajo el rótulo “Los
inversores buitres están al acecho sobre Grecia” (Vulture Investors Loom
Over Greece), hace unas semanas Bloomberg News TV (véase video aquí)
entrevistaba a una experta en mercados de deuda soberana, que abordaba cómo los
“fondos de inversión en deuda deprimida”, denominación técnica para fondos
buitre, habían comprado o estaban adquiriendo deuda griega aprovechando la
incertidumbre de unas duras negociaciones, que todo el mundo sabe tienen que
incluir la reestructuración de la insostenible deuda griega.
E incluso mencionaba tres fondos buitre potentes
(Distressed Debt Investors) que estaban
apostando por lograr beneficios con deuda griega devaluada como Perry Capital,
Knighthead Capital Management y Monarch Alternative Capital. Alegaba esta especialista
entrevistada que sobre Grecia habían acudido mucho menos fondos que sobre
Argentina y sobre Puerto Rico; pero todos ellos habían comprado esa deuda de
manos privadas cuando había sido ofrecida a la venta tras la reestructuración
de 2012. Y aunque el FMI quiere que todo se desarrolle con tranquilidad – dice
en el video – se prevé una próxima reestructuración de esa deuda, en la que no
piensan participar por las quitas que implicarán. Al ser un mercado de riesgo
elevado y reducido resulta poco “liquido”, lo que traducido quiere decir que
escasean las transacciones diarias.
¿Cómo se puede hacer negocio con la deuda de un país
empobrecido y próximo a la bancarrota?
Desde la reestructuración de 2012 casi el 90 por
ciento de la deuda griega pasó manos de instituciones oficiales como el FMI, el
BCE y la Comisión (el fondo de rescate europeo), puesto que los euros del
rescate fueron a manos de los bancos alemanes y franceses que eran los grandes
acreedores históricos de Grecia, como ha recordado hace días Joseph Stiglitz en
un artículo en The Guardian.
Y el caso es que todos los 18 bancos globales
designados por el Banco de Grecia y el Ministerio de Finanzas como promotores
del mercado de bonos griegos, han abandonado este mercado. Algo importante
puesto que sus departamentos especializados son el puntal del mercado de bonos
soberanos; pero los bonos griegos se han vuelto muy arriesgados y por eso su
compraventa se ha secado casi, según los analistas.
Sin embargo, aunque reducido y volátil, puede ser un
mercado muy rentable siguiendo estrategias refinadas. Sobre las peculiaridades
del mercado de los bonos griegos, la prensa financiera estadounidense viene ofreciendo
análisis y comentarios. Y ha resaltado su escasa dimensión, el volumen de bonos
soberanos griegos comercializados supone solo en torno a 34.000 millones,
mientras el volumen de los bonos soberanos italianos es muchísimo mayor, en
torno a 1,8 billones de euros. Pero las cotizaciones se han devaluado, ya en
mayo pasado los bonos a diez años se habían llegado a vender a 56 céntimos o menos
el dólar, es decir, un 44 por ciento por debajo de sus valor nominal. Y en las últimas semanas el descuento sobre el valor nominal está siendo mucho
mayor.
Además, los actuales tenedores de deuda griega ni los
posibles nuevos inversores son los
ahorradores corrientes. Antes de 2012 eran bancos europeos, fondos de
inversiones ordinarios y compañías de seguros, que vendieron sus carteras de
esa deuda a fondos especializados en mercados emergentes; en otras palabras, dieron
entrada a fondos buitre con gran potencial financiero que asumen grandes
riesgos con la perspectiva de obtener grandes beneficios, sea porque la
inestabilidad del mercado pueda producir una súbita elevación de las
cotizaciones o porque la previsible reestructuración de una deuda insostenible con
una quita importante, les permita queda al margen y reclamar judicialmente el
valor nominal que figura en los bonos, y que se sitúa muy por encima de su
valor en el mercado secundario. Es una especulación sofisticada como acredita
la experiencia ya vivida en 2010 y 2012. Los negocios lucrativos montados sobre
las reestructuraciones de deuda soberana insostenible de los Estados endeudados
y empobrecidos, son la especialidad de los buitres financieros, como muestran
todos los casos analizados en Los fondos buitre,
capitalismo depredador, incluida las anteriores reestructuraciones de la deuda
griega.-
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