“Todo estado tiene derecho, por principio, a la defensa de los intereses
nacionales” es la frase que con que se titulaba la conversación sostenida con el periodista Pablo E. Chacón dela agencia Telam, el pasado 4/9/2015; conversación celebrada con ocasión de la publicación por la editorial Capital Intelectual de Buenos Airesde de mi último libro, que contiene
un extenso capítulo sobre la dura experiencia argentina frente a esta
especulación financiera sofisticada con la deuda pública.
T : ¿Qué son (o cómo operan) exactamente los fondos buitre,
y a qué condiciones de producción la sociedad civil debe la emergencia de
semejante dispositivo?
JHV : La expresión mediática fondos buitre hace referencia
a la estrategia de aves rapaces que practican determinados fondos de inversión
especulativa o de alto riesgo (hedge funds y private equity firms). Son un
elemento más de la globalización de los mercados financieros. Actualmente las
deudas de los países y las deudas de las empresas constituyen mercados
financieros mundiales, legales pero desregulados, abiertos a su
comercialización como activos financieros. Estos fondos aparecen especializados
en los negocios con las deudas en dificultades de cobro o en apuros; de ahí que
en la terminología anglófona se les califique como distressed debt funds o
fondos de inversión en deuda deprimida.
T : ¿Cuál es la relación de los fondos buitre con los
llamados paraísos fiscales?
HV : Como he escrito y analizado desde hace más de una
década, los conocidos como paraísos fiscales son ante todo plataformas para los
negocios financieros globales, con su oferta de registro de sociedades
instrumentales sometidas a la laxa legislación local y sin actividad económica
alguna en ese ámbito (offshore). Esas entidades ficticias se destinan a
operaciones internacionales con opacidad (dificultad o imposibilidad de identificación
del titular real de la transacción) y con bajo coste (tributación nula o muy
reducida). De ahí que la gran mayoría de los fondos buitre sean sociedades
mercantiles domiciliadas en territorios o micro países catalogados como
paraísos fiscales, desde las Caimán a las Islas Vírgenes Británicas o las
Bahamas.
T : ¿Y cuál la
relación con los flujos de capital catapultados por la globalización
financiera?
HV : Cuando se habla
de inversiones en el plano internacional, generalmente se olvida la distinción
clásica entre inversiones directas, que aportan un proyecto económico real,
industrial, de servicios o tecnología; y las inversiones de cartera o
financieras, que se traducen en meros apuntes electrónicos (hoy) que buscan el
mero lucro dinerario sin crear riqueza ni empleo en las economías nacionales
receptoras. Y una gran parte de los flujos internacionales de dinero son
capitales golondrina, de corto plazo o de ida y vuelta. En el caso de los
fondos buitre, especializados en la deuda en apuros como he apuntado al
comienzo y que proceden de países con gran potencial financiero, invierten en
países endeudados con riesgo de default como Grecia en 2010 o en 2015; y en
activos físicos o financieros temporalmente devaluados para forzar el logro de
rentabilidades en breve liquidando empresas, violando reglas, etcétera.
T : ¿Puede un país, cualquiera sea, ignorar a los fondos
buitre contra las normativas de otro país que dice tener la autoridad legal
para ejecutar su acción?
HV : Todo Estado
tiene derecho por principio a la defensa de los intereses nacionales frente a
los de los bancos y los fondos de inversiones extranjeros. Hace tiempo que se
acabó la etapa histórica de la presión de las cañoneras en favor de
prestamistas o inversores extranjeros. Pero la creciente dependencia de los
gobiernos de la banca extranjera y de la financiación exterior, ha conducido a
un declive histórico de la inmunidad soberana por la vía de los pleitos
internacionales. Y en las relaciones económicas internacionales los Estados han
quedado equiparados a entidades comerciales, habiendo sido desposeídos de los
privilegios de la inmunidad soberana. A esa evolución histórica, que sintetizo
en mi libro mediante el análisis de ciertos casos, hemos de añadir que el
sistema actual impone de facto la preeminencia del poder financiero sobre los
gobiernos democráticos. De ahí las penalizaciones a las que se exponen los
gobiernos cuando intentan librarse de las reglas no escritas del sistema.
T : ¿Cuál es su
opinión sobre la posición que tomó la Argentina respecto de los fondos
buitre?:
HV : Argentina afronta el acoso de los fondos buitre desde
hace más de trece años, como documento en el capítulo 3 de mi libro. Y de la
lectura de esas páginas es fácil deducir mi valoración como un ejemplo de las
nefastas e injustas consecuencias de las políticas neoliberales de
privatizaciones y desregulación que han conducido al dominio del actual sistema
financiero internacional sobre los gobiernos democráticos. Si usted me pide mi
opinión respecto a la no aplicación de la sentencia del juez federal de Nueva
York, Thomas Griesa, claramente sesgada en favor de los fondos buitre, le diré
que hasta finalizar 2014 Argentina no tenía otra opción que la resistencia en
defensa de sus intereses nacionales. Y que a partir de 2015 le tocaría al
gobierno argentino valorar la decisión de buscar una salida razonable,
negociada, para superar las dificultades posibles que afronta en los mercados
internacionales. Pero en todo caso resulta intolerable la existencia de la ATFA,
esa Fuerza de choque estadounidense contra Argentina, la agencia de lobby del
grupo de fondos buitre liderados por Paul Singer, de gran peso en el entramado
institucional estadounidense; y que además promueve campañas de descrédito
exterior de Argentina en la prensa internacional e interfiere los procesos
políticos internos del país.
T : Finalmente,
¿cómo está España y cómo Grecia respecto de esta cuestión?
HV : En algunos países europeos como es el caso de España,
la devaluación generalizada de activos físicos y financieros producida por la
política llamada de austeridad seguida por el actual gobierno y las
instituciones de la eurozona, ha atraído abundantes depredadores financieros en
el sector privado; aunque no se han publicado datos sobre si estos han
adquirido bonos soberanos españoles a la espera de futuras crisis del actual
endeudamiento. Y en el caso de Grecia, la debilidad del gobierno permitió que
aquellos fondos buitre que no aceptaron la quita acordada en la
reestructuración de la deuda griega en 2010, mantengan el 100 por cien del
valor nominal de sus bonos. Y en junio de 2015, según manifestaba una experta
en la TV de Bloomberg News, conocidos fondos de inversión en deuda deprimida
habían adquirido deuda griega a la espera de un posible default con el fin de
lograr por algún modo rentabilidades futuras superiores a las ofrecidas por los
mercados.
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