Entrevista por
Mariano Schuster con Juan Hdez.Vigueras
Marzo 2016
-¿Cómo definiría usted a los lobbies
financieros y como caracterizaría su accionar?
En las democracias avanzadas es evidente la existencia de grupos de
interés o de presión en todas las áreas, que intentan promover de manera
organizada sus particulares intereses frente al interés general, sean
sindicatos, iglesias, asociaciones empresariales, ONG, etc. Y la influencia o la
presión política que ejercen esos grupos o lobbies organizados sobre los
gobiernos nacionales o sobre las organizaciones internacionales resulta
directamente proporcional al poder que representan, bien sea por los recursos
económicos, intelectuales u organizativos de que disponen o por su capacidad de
movilizar la opinión pública. De ahí que la defensa de los intereses de la
banca o grupos financieros vinculados mundialmente tenga un alcance muy
superior a la de otras agrupaciones sociales. Y alcance mayor altura y sutileza
su accionar sobre los centros de decisión política mediante el asesoramiento
técnico o su presencia en los medios de comunicación con opiniones sobre
asuntos que les conciernen, con la publicación de informes técnicos sesgados
que esconden sus verdaderos fines o la cooperación a título de expertos de sus
representantes en los procesos decisorios de los gobiernos.
- ¿Cómo han conseguido estos lobbies acceder al poder
que hoy poseen?
La verdad es que la respuesta a esa
pregunta me llevó a una investigación
que sinteticé en 250 páginas analizando los datos de esa realidad compleja
contemporánea. Simplificando, resumiría
aquí la respuesta recordando que los bancos y las firmas financieras gozan de
capacidad legal para enviar fondos cuantiosos de un extremo a otro del planeta
sin interferencias estatales; que disfrutan de gran libertad de innovación
creando productos e instrumentos y generan negocios virtuales alejados de las
necesidades de la economía real, etc. Y para defender ese marco legal
internacional propicio han desarrollado organizaciones gremiales propias
vinculadas internacionalmente, con profesionales que conocen los sistemas
financieros más y mejor que los expertos funcionarios de los Estados de
cualquier continente; que sirven tanto en el sector privado como en el público
gracias a las puertas giratorias; y que los dirigentes de grupos políticos y de
las instituciones públicas están atrapados por la captación cultural que les lleva
a compartir valores y creencias en el fundamentalismo del libre mercado que impregna
los entornos reguladores.
- Usted ha
definido a los lobbies como el verdadero poder de la economía mundial. ¿No
existe ninguna posibilidad de que los Estados Nacionales regulen su actividad o
limiten su poder?
Es
un problema político de largo alcance y resultado de un largo proceso ya
histórico. Personalmente entiendo que las posibilidades de controlar los
lobbies financieros pasan por una mayor conciencia crítica de la actividad
bancaria y financiera actual, entre la ciudadanía y entre las élites dirigentes.
Y por generar un entorno político que afronte la regulación de la banca
financiera para que sirva a la economía real, a la creación de riqueza y empleo
en los países. Las agencias y asociaciones que ejercen de lobbies son
instrumentos cuyas actividades deben estar sometidas a estrictas reglas de
transparencia y supervisión.
- ¿Qué
diferencia a los lobbies educativos, médicos o comunicacionales del lobby
financiero?
Podemos deducir esa diferencia del propio
concepto que esbozamos en la primera respuesta. Principalmente, por lo general estos
otros lobbies tienen una influencia más indirecta sobre las decisiones
políticas en esas materias concretas. Mientras que los lobbies financieros
ejercen su fuerte influencia directamente sobre el conjunto de la economía y la
acción de gobierno. Más aún, en muchos casos aquellos son filiales de los
grandes grupos financieros que buscan hoy la rentabilidad de sus inversiones en
las áreas de los servicios públicos como educación, la salud o las pensiones
con el apoyo de los medios de comunicación que controlan aquellos. La
siderurgia, la construcción naval y las
actividades industriales tradicionales apenas interesan a los grandes grupos
financieros globales, como sucedía antaño.
- Usted ha
sindicado al Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) como el mayor lobby mundial.
¿Puede explicarnos cuales han sido algunas de las principales actuaciones de
dicho lobby?
Para entender la relevancia del IIF
podemos examinar en su sitio web que integran su dirección los mayores bancos
globales como el HSBC, Goldman Sachs, ING, los españoles BBVA y Santander y
otros. Y que a los lectores de la prensa europea e internacional llegaron las
noticias de la decisiva intervención de este Instituto-lobby en las
negociaciones para la reestructuración de la deuda griega en 2010 y 2012 a
través de los entonces Director general Charles Dallara y del Presidente Josef
Ackerman, que también lo era del Deutsche Bank y de la Asociación de bancos
alemanes. Y por entonces también tuvieron encuentros decisivos con el gobierno
español para diseñar las soluciones del endeudamiento desmesurado de los bancos
españoles diseñando el llamado entonces banco malo que absorbería con apoyo
gubernamental los inmuebles invendibles, tóxicos los llamaban, acumulados por
la banca española como consecuencia de los impagos de entidades promotoras del
negocio inmobiliario.
Más recientemente, el IIF presidido
ahora por el máximo ejecutivo del HSBC hacía pública una declaración el 18 de
febrero pasado mostrando su complacencia por las ofertas negociadoras con los
fondos buitre (a los que he analizado en mi último libro) realizadas por el
nuevo gobierno argentino; y alentando nuevos pasos que permitieran a Argentina
el pleno acceso de los mercados financieros mundiales. Después vendría la nueva
decisión del juez Griesa. He ahí un ejemplo de la “sutileza” del accionar de los
lobbies financieros que mencioné antes.
- En Europa existe el problema de las llamadas puertas giratorias,
es decir, políticos que tras desarrollar su función en el Estado pasan a
trabajar en importantes empresas del sector privado. En América Latina suele
suceder lo inverso: hombres del mundo de las multinacionales y las finanzas que
acaban en funciones públicas. ¿Cómo puede trabajarse contra esos trasvases permanentes?
Las puertas giratorias son un
factor coadyuvante de la labor de los lobbies financieros. Como sugiere la
expresión, vehiculan las idas y venidas de profesionales del sector público al
sector privado y viceversa. En el viaje de ida al sector público estos
profesionales aportan sus conocimientos del complejo mundo financiero,
contribuyendo a la adopción de marcos legales y decisiones que favorezcan los
negocios de los que provienen. En el viaje de vuelta al sector privado traen
consigo una red social de amistades y
conocidos en la Administración pública que posteriormente facilitará el acceso y
la actividad de los lobistas. Ante todo las puertas giratorias contribuyen a
que en los órganos decisorios del sector público se compartan los criterios,
valores y percepciones de quienes gestionan las entidades bancarias y
financieras. Lo que se denomina la captación cultural. En este apartado una
legislación apropiada, rigurosa y efectiva podría paliar el problema político.
- ¿Otra de las
políticas de los grupos de lobbies se relaciona con la financiación a las
campañas electorales de los partidos políticos?
Es el caso de los EEUU, donde la
reglamentación oficial autoriza esa financiación privada con el contrapeso del
registro público de las aportaciones y la transparencia. Pero destaquemos que
la publicidad y difusión de los datos por organizaciones ciudadanas, ha
contribuido a la creación de una clara conciencia crítica en ciertos sectores
sociales. Sin duda, es un tema de debate en cualquier democracia para encontrar
fórmulas legales e institucionales que
eviten que los procesos electorales estén condicionados por el dinero de los
más poderosos.
- En su libro Los
lobbies financieros usted analizó las particularidades de estos grupos y
afirmó que el accionar de los gobiernos en relación al poder bancario no se
modificó tras la crisis económica mundial. ¿Siente alguna esperanza frente al
futuro?
Ciertamente el rescate de la gran
banca a cargo de los contribuyentes ha innovado el sistema financiero global,
haciéndolo más dependiente de políticas gubernamentales que garantizan su
libertad de acción pese a los escándalos de la manipulación de los indicadores
financieros. Pero las nuevas regulaciones meramente funcionales, no
estructurales, han mantenido la amenaza de la inestabilidad y la volatilidad de
los mercados financieros. Hasta el punto que son muchos los expertos solventes
que ven con temor la amenaza de próximos
colapsos, aunque reconozcamos que existen ahora mayores sistemas de alertas.
Personalmente creo que existe también una mayor conciencia de los riesgos del
sistema y de las desigualdades e injusticias que genera en el mundo entre
grupos sociales y entre países. Y en esa mayor conciencia apoyo mi optimismo
sobre el futuro.-
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