jueves, 28 de abril de 2016

El poder del lobby financiero en el capitalismo contemporáneo


                            Entrevista por Mariano Schuster con Juan Hdez.Vigueras

 Marzo 2016 
                                                                                                               

  
-¿Cómo definiría usted a los lobbies financieros y como caracterizaría su accionar?

En las democracias avanzadas es evidente la existencia de grupos de interés o de presión en todas las áreas, que intentan promover de manera organizada sus particulares intereses frente al interés general, sean sindicatos, iglesias, asociaciones empresariales, ONG, etc. Y la influencia o la presión política que ejercen esos grupos o lobbies organizados sobre los gobiernos nacionales o sobre las organizaciones internacionales resulta directamente proporcional al poder que representan, bien sea por los recursos económicos, intelectuales u organizativos de que disponen o por su capacidad de movilizar la opinión pública. De ahí que la defensa de los intereses de la banca o grupos financieros vinculados mundialmente tenga un alcance muy superior a la de otras agrupaciones sociales. Y alcance mayor altura y sutileza su accionar sobre los centros de decisión política mediante el asesoramiento técnico o su presencia en los medios de comunicación con opiniones sobre asuntos que les conciernen, con la publicación de informes técnicos sesgados que esconden sus verdaderos fines o la cooperación a título de expertos de sus representantes en los procesos decisorios de los gobiernos.


- ¿Cómo han conseguido estos lobbies acceder al poder que hoy poseen?

La verdad es que la respuesta a esa pregunta me llevó a una  investigación que sinteticé en 250 páginas analizando los datos de esa realidad compleja contemporánea. Simplificando,  resumiría aquí la respuesta recordando que los bancos y las firmas financieras gozan de capacidad legal para enviar fondos cuantiosos de un extremo a otro del planeta sin interferencias estatales; que disfrutan de gran libertad de innovación creando productos e instrumentos y generan negocios virtuales alejados de las necesidades de la economía real, etc. Y para defender ese marco legal internacional propicio han desarrollado organizaciones gremiales propias vinculadas internacionalmente, con profesionales que conocen los sistemas financieros más y mejor que los expertos funcionarios de los Estados de cualquier continente; que sirven tanto en el sector privado como en el público gracias a las puertas giratorias; y que los dirigentes de grupos políticos y de las instituciones públicas están atrapados por la captación cultural que les lleva a compartir valores y creencias en el fundamentalismo del libre mercado que impregna los entornos reguladores.

- Usted ha definido a los lobbies como el verdadero poder de la economía mundial. ¿No existe ninguna posibilidad de que los Estados Nacionales regulen su actividad o limiten su poder?
Es un problema político de largo alcance y resultado de un largo proceso ya histórico. Personalmente entiendo que las posibilidades de controlar los lobbies financieros pasan por una mayor conciencia crítica de la actividad bancaria y financiera actual, entre la ciudadanía y entre las élites dirigentes. Y por generar un entorno político que afronte la regulación de la banca financiera para que sirva a la economía real, a la creación de riqueza y empleo en los países. Las agencias y asociaciones que ejercen de lobbies son instrumentos cuyas actividades deben estar sometidas a estrictas reglas de transparencia y  supervisión.

- ¿Qué diferencia a los lobbies educativos, médicos o comunicacionales del lobby financiero?
Podemos deducir esa diferencia del propio concepto que esbozamos en la primera respuesta. Principalmente, por lo general estos otros lobbies tienen una influencia más indirecta sobre las decisiones políticas en esas materias concretas. Mientras que los lobbies financieros ejercen su fuerte influencia directamente sobre el conjunto de la economía y la acción de gobierno. Más aún, en muchos casos aquellos son filiales de los grandes grupos financieros que buscan hoy la rentabilidad de sus inversiones en las áreas de los servicios públicos como educación, la salud o las pensiones con el apoyo de los medios de comunicación que controlan aquellos. La siderurgia, la  construcción naval y las actividades industriales tradicionales apenas interesan a los grandes grupos financieros globales, como sucedía antaño.

- Usted ha sindicado al Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) como el mayor lobby mundial. ¿Puede explicarnos cuales han sido algunas de las principales actuaciones de dicho lobby?

Para entender la relevancia del IIF podemos examinar en su sitio web que integran su dirección los mayores bancos globales como el HSBC, Goldman Sachs, ING, los españoles BBVA y Santander y otros. Y que a los lectores de la prensa europea e internacional llegaron las noticias de la decisiva intervención de este Instituto-lobby en las negociaciones para la reestructuración de la deuda griega en 2010 y 2012 a través de los entonces Director general Charles Dallara y del Presidente Josef Ackerman, que también lo era del Deutsche Bank y de la Asociación de bancos alemanes. Y por entonces también tuvieron encuentros decisivos con el gobierno español para diseñar las soluciones del endeudamiento desmesurado de los bancos españoles diseñando el llamado entonces banco malo que absorbería con apoyo gubernamental los inmuebles invendibles, tóxicos los llamaban, acumulados por la banca española como consecuencia de los impagos de entidades promotoras del negocio inmobiliario.
Más recientemente, el IIF presidido ahora por el máximo ejecutivo del HSBC hacía pública una declaración el 18 de febrero pasado mostrando su complacencia por las ofertas negociadoras con los fondos buitre (a los que he analizado en mi último libro) realizadas por el nuevo gobierno argentino; y alentando nuevos pasos que permitieran a Argentina el pleno acceso de los mercados financieros mundiales. Después vendría la nueva decisión del juez Griesa. He ahí un ejemplo de la “sutileza” del accionar de los lobbies financieros que mencioné antes.

- En Europa existe el problema de las llamadas puertas giratorias, es decir, políticos que tras desarrollar su función en el Estado pasan a trabajar en importantes empresas del sector privado. En América Latina suele suceder lo inverso: hombres del mundo de las multinacionales y las finanzas que acaban en funciones públicas. ¿Cómo puede trabajarse contra esos trasvases permanentes?

Las puertas giratorias son un factor coadyuvante de la labor de los lobbies financieros. Como sugiere la expresión, vehiculan las idas y venidas de profesionales del sector público al sector privado y viceversa. En el viaje de ida al sector público estos profesionales aportan sus conocimientos del complejo mundo financiero, contribuyendo a la adopción de marcos legales y decisiones que favorezcan los negocios de los que provienen. En el viaje de vuelta al sector privado traen consigo una red social de amistades  y conocidos en la Administración pública que posteriormente facilitará el acceso y la actividad de los lobistas. Ante todo las puertas giratorias contribuyen a que en los órganos decisorios del sector público se compartan los criterios, valores y percepciones de quienes gestionan las entidades bancarias y financieras. Lo que se denomina la captación cultural. En este apartado una legislación apropiada, rigurosa y efectiva podría paliar el problema político.

- ¿Otra de las políticas de los grupos de lobbies se relaciona con la financiación a las campañas electorales de los partidos políticos?

Es el caso de los EEUU, donde la reglamentación oficial autoriza esa financiación privada con el contrapeso del registro público de las aportaciones y la transparencia. Pero destaquemos que la publicidad y difusión de los datos por organizaciones ciudadanas, ha contribuido a la creación de una clara conciencia crítica en ciertos sectores sociales. Sin duda, es un tema de debate en cualquier democracia para encontrar fórmulas legales e institucionales  que eviten que los procesos electorales estén condicionados por el dinero de los más poderosos.
   
- En su libro Los lobbies financieros usted analizó las particularidades de estos grupos y afirmó que el accionar de los gobiernos en relación al poder bancario no se modificó tras la crisis económica mundial. ¿Siente alguna esperanza frente al futuro?

Ciertamente el rescate de la gran banca a cargo de los contribuyentes ha innovado el sistema financiero global, haciéndolo más dependiente de políticas gubernamentales que garantizan su libertad de acción pese a los escándalos de la manipulación de los indicadores financieros. Pero las nuevas regulaciones meramente funcionales, no estructurales, han mantenido la amenaza de la inestabilidad y la volatilidad de los mercados financieros. Hasta el punto que son muchos los expertos solventes que ven con temor  la amenaza de próximos colapsos, aunque reconozcamos que existen ahora mayores sistemas de alertas. Personalmente creo que existe también una mayor conciencia de los riesgos del sistema y de las desigualdades e injusticias que genera en el mundo entre grupos sociales y entre países. Y en esa mayor conciencia apoyo mi optimismo sobre el futuro.-


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