Hands
off
Hong Kong! (“Fuera vuestras narices
de HK”) exclamó el embajador chino en Londres en una conferencia de prensa el
29 de junio pasado, que respondía así a los comentarios del Ministro del
Foreign Office unos días antes en favor de los manifestantes y alborotadores en
HK, que habían llegado a asaltar el Parlamento local del antiguo enclave del
Imperio británico. Como en el proceso del Brexit, el sueño del imperio perdido
pesa en la visión británica de los eventos en HK, de los que da cuenta
minuciosamente todas las noches el Newsday de la BBC sincronizado desde
Singapur y Londres.
Y es que, de entrada, las masivas protestas populares en HK
encarnan hoy el anhelo democrático de la población local frente al autoritario
y poderoso estado chino que ha asumido un sistema capitalista propio, insertado
en la globalización de los mercados financieros. Para los observadores, la
incógnita es si habrá o no intervención militar china para aplastar las
protestas populares como ocurrió en Tiannamen. Pero se olvida el papel
estratégico que para la China imperial representa HK como paraíso financiero
offshore, uno de los paraísos fiscales de más rápido crecimiento en el mundo de
hoy. Con una industria que gestiona fondos por valor de 2.2 billones de dólares
(de origen legal o ilegal) y dispone de la tercera bolsa de valores más grande
de Asia después de Tokio y Shanghái; albergando una amplia gama de operadores
de servicios financieros.
Durante meses, los canales internacionales de TV nos vienen
ofreciendo imágenes de oleadas de protestas masivas y violencia en las calles
de Hong Kong. Y hemos visto las duras respuestas de las autoridades locales con
el respaldo de Beijing, cada vez más
draconianas, desde empuñar bastones y disparos de gases lacrimógenos contra los
manifestantes hasta encarcelarlos por acusaciones de disturbios, lo que ha
logrado en gran medida inflamar el sentimiento público. Las protestas
comenzaron en febrero contra un proyecto de ley que permitiría extraditar a los
residentes del territorio de HK a la China continental, facilitando así la
transferencia de personas para ser juzgadas en China. Los manifestantes
argumentan que esa ley amenaza la autonomía de HK y socava su sistema legal
independiente; y temen que China pueda utilizarla por razones políticas. Aunque
la presidente ejecutiva de Hong Kong nombrada por el gobierno central, Carrie
Lam, acordó "suspender" el proyecto de ley de extradición el 15 de
junio último, los residentes han continuado sus protestas, pidiendo la retirada
formal del proyecto de ley, una investigación independiente sobre los abusos
policiales, y la introducción de reformas democráticas.
LA “INJERENCIA” BRITÁNICA
En junio último, el Ministro de Asuntos Exteriores británico Jeremy Hunt, en sus declaraciones sobre las manifestaciones populares
y enfrentamientos con la policía en HK, advertía a China que podría tener que afrontar
"graves consecuencias" si
utilizaba la violencia para combatirlas. A lo que respondió el embajador de China en
Londres, acusando al Reino Unido de seguir viendo todavía a HK como colonia, alegando
que el documento de la independencia en 1997 que garantizaba su autonomía a
China era solo un “documento histórico”
sobre “un país, dos sistemas”. Y consideraba
que los comentarios oficiales británicos sobre las protestas en HK habían
dañado la relación entre los dos países.
El territorio de Hong Kong fue una colonia británica
durante 156 años, tras una guerra con China; que en 1898, Gran Bretaña lo expandió
aunque el nuevo territorio solo sería arrendado por 99 años. Mucho más tarde, en
1984, la entonces primera ministra Margaret Thatcher firmó la Declaración
conjunta con el gobierno chino, que reconocía un alto nivel de autonomía de esta
región administrativa de HK dentro del Estado chino, con el compromiso de
mantener ciertos derechos no otorgados en China continental a los ciudadanos. Asimismo
se acordó la continuación del sistema capitalista en HK, muy diferente al
modelo comunista chino. Conforme a ese acuerdo tuvo lugar la devolución de Hong
Kong a China en 1997, bajo una serie de
condiciones. El acuerdo estaría vigente durante los siguientes 50 años, es
decir, hasta 2047.
En junio de 2019, es evidente que el Reino Unido mostraba
su apoyo a los manifestantes en favor de la democracia en su antigua colonia;
afirmando que el principio de "un
país, dos sistemas" otorga a los ciudadanos de HK derechos y leyes
diferentes a los de China continental y se debía seguir respetando. Y remitiéndose al citado pacto, el ministro
británico consideraba que la carta y el espíritu del acuerdo debían ser
respetados. Pero en su respuesta, China acusaba al gobierno del Reino Unido de
entrometerse en asuntos internos de HK. Desde luego, como subrayaba un
comentarista de la BBC, la disputa con
los chinos añadiría complicaciones a la posible negociación de un acuerdo
comercial post Brexit con China.
Ciertamente, el gobierno británico también mostraba su
interés en HK porque allí viven 300,000 ciudadanos del Reino Unido y mantiene una fuerte vinculación financiera con
la City de Londres, que en la actual coyuntura le resulta más necesaria que
nunca. En términos más generales, se evidenciaba que el gobierno británico quería
mostrar su apoyo a la democracia local frente al gigante chino. De ahí la
pretensión de provocar un debate sino-británico que apenas ha salido del ámbito
británico, en torno a la vigencia actual de la Declaración conjunta por la cual
el Reino Unido cedió el territorio a China en ciertas condiciones.
EL PARAISO FISCAL OFFSHORE
Hasta la fecha las protestas populares y la represión
policial no parecen que hayan
El desarrollo del HK como centro financiero mundial ha
estado asociado a la City de Londres desde antes de 1997, como ejemplifica el
banco global HSBC, que cuando se planteó el Brexit anunció su posible traslado
de Londres a HK, su lugar de origen. El
HSBC no es uno de tantos grandes bancos sino que es una de las mayores
entidades financieras del mundo, con más de 2,5 billones (trillion) de dólares
en activos, 89 millones de clientes y 300.000 empleados. El HSBC, cuyas
iniciales originalmente significaban Hong Kong Shanghai Banking Corporation,
ahora realiza operaciones en más de 80 países, con cientos de filiales que
abarcan el mundo; y que con frecuencia tienen
o han tenido implicaciones delictivas por cooperar en la corrupción y evasión
tributaria, según consta en informes del Senado estadounidense. Y su empresa
matriz, HSBC Holdings plc, llamado Grupo HSBC, tiene su sede en Londres, y su
presidente ejecutivo (CEO) se ubica en Hong Kong.
Desde siempre el
paraíso financiero de HK ha servido eficazmente a la creciente globalización de
la economía china, que ha sido facilitada tanto por las instituciones financieras
chinas que operan a nivel mundial como por las empresas internacionales que
operan dentro de China, según registra un importante estudio empírico chino. (How ChineseFinancial Centers Integrate into Global Financial Center Networks: An Empirical
Study Based on Overseas Expansion of Chinese Financial Service Firms; varios
autores en Chinese
Geographical Science. April 2018, Volume 28, Issue 2, pp 217–230|. Article First
Online: 13 March 2018) Esta investigación nos revela que Hong Kong ocupa posiciones estratégicas en
la integración de China y de las ciudades chinas en las redes globales de
centros financieros, como Nueva York y Londres, algo que ha sido una prioridad
para las instituciones financieras chinas.
Los crecientes flujos de capital dirigidos por las instituciones
financieras chinas sugieren una geografía financiera global cambiante, con
numerosas ciudades chinas que desempeñan papeles cada vez más importantes
dentro de las redes financieras globales;
ciudades estratégicas que sirven como puertas de enlace para el intercambio
de funciones financieras, productos y prácticas entre China y la economía
global. Basándose en los datos de ubicación de las empresas de servicios
financieros en China que cotizan en las bolsas de valores de Shenzhen, Shanghai
y Hong Kong, el referido documento de
2018 muestra que las empresas financieras chinas se están expandiendo a nivel
mundial y registra cómo los centros financieros chinos están posicionados y
conectados en las redes urbanas configuradas por estas empresas de servicios
financieros.
Ya en 1997, el ascenso de HK como Centro financiero
internacional líder en décadas precedentes, había sido es uno de los dos logros
económicos sobresalientes del territorio en la era posterior a la Segunda
Guerra Mundial; y el otro fue su transformación desde un simple enclave
comercial a una economía industrial moderna. Por esas fechas se preveía que su
futuro como tal centro financiero internacional dependería fundamentalmente de
la buena voluntad y el comportamiento racional de China. Siempre que se pudiera
demostrar que el modelo de "un país,
dos sistemas" y su contraparte financiera, el modelo de "un país, dos monedas", que implicaba
la independencia financiera de HK, funcionaran, y “siempre que China dedicara su energía y recursos para el desarrollo
económico pacífico, el potencial de Hong Kong podría ser ilimitado”. (HONG
KONG AS A FINANCIAL CENTRE OF GREATER CHINA by Professor Y. C. Jao. Faculty of
Social Sciences Lingnan College Hong Kong, 3-1997)
En la actualidad, podemos comprobar en Internet la
disponibilidad de HK como paraíso fiscal extraterritorial u offshore, con
páginas de agencias que promocionan servicios financieros opacos para el
capital (lícito o ilícito) de cualquier
parte del mundo. Por ejemplo, HK se oferta como la mejor opción para una cuenta
corporativa multidivisa (10 monedas diferentes) por Internet en uno de los
bancos más grandes del mundo, en una de las jurisdicciones bancarias offshore
más importantes del mundo. (Hong Kong as an OffshoreFinancial Jurisdiction) Según
el registro de Tax Justice Network, HK ocupa la cuarta posición en el Índice de
jurisdicciones con secreto financiero en 2018; con una puntuación de secretismo
bastante alta de 71 factores sobre 100; y representa el 4,17 por ciento del
mercado mundial de servicios financieros extraterritoriales
Hong Kong es una de las jurisdicciones de secreto o
paraísos fiscales de más rápido crecimiento en el mundo de hoy. Su sector de
gestión de fondos tenía 2.2 billones de dólares a fines de 2015; y más de 470.000
millones en activos de banca privada. Además, HK tiene la tercera bolsa de
valores más grande de Asia después de Tokio y Shanghai; y ocupa el segundo
lugar después de Nueva York en las ganancias por ofertas públicas iniciales;
albergando una amplia gama de jugadores de servicios financieros. En 2015 tenía
la mayor densidad mundial de personas con un patrimonio neto ultra alto con una
riqueza personal de más de 100 millones de dólares. En el papel, HK
representaba menos de la mitad de toda la inversión extranjera en China a fines
de 2012, según datos del FMI. Sin embargo, gran parte de esta inversión era
capital chino de ida y vuelta, según la fuente citada.
La renuencia de Hong Kong a suscribir los estándares
internacionales de transparencia global se deriva del mantenimiento de un marco
ultraliberal, avalado por diversas entidades estadounidenses. El papel oficial
de Hong Kong como una "Región Administrativa Especial" de China supone
dos componentes esenciales que sustentan el centro financiero offshore:
- Primero,
las protecciones otorgadas a Hong Kong por China, tranquilizando a los operadores
offshore en relación a su estabilidad.
- Y
segundo, al mismo tiempo estos disfrutan 'del alto grado de autonomía frente a
China en todos los asuntos, excepto las relaciones exteriores y la defensa, lo
que permite una mínima interferencia en el sector.
En ese y otros
aspectos, sostienen los expertos de Tax Justice Network que el vínculo Hong
Kong-China se asemeja a los vínculos de Gran Bretaña con sus tres dependencias
de la Corona y los 14 territorios de ultramar (de los cuales 10 son paraísos
fiscales o jurisdicciones de secreto financiero reconocidas), puesto que en
parte son independientes del Reino Unido pero también en parte están vinculadas
y apoyadas por el Estado británico. De ahí que resulte complicado predecir y evaluar
la política que seguirá China en relación al desafío que significan las continuas
algaradas populares, teniendo presente el peso estratégico de Hong Kong, que
suponemos ha de frenar el reflejo autoritario de Pekín.
LA RESPUESTA CHINA DE LA LEY Y EL ORDEN
“¿China
aplastará las protestas en Hong Kong? ¿Por qué Beijing no necesita enviar
tropas?”, titulaba un documentado análisis la revista
estadounidense Foreign Affairs (versión digital del 17 /8/2019). El 21 de julio pasado, después de que
activistas locales desfiguraron el emblema nacional fuera de la Oficina de
Enlace de Beijing en el Distrito Oeste de Hong Kong, el portavoz del Ministerio
de Defensa Nacional de China acusó a los manifestantes de "desafiar la autoridad del gobierno central"
y violar el principio de "un país,
dos sistemas ", la expresión utilizada para describir el modelo de
Beijing para gobernar HK desde que asumió la soberanía sobre el territorio en
1997, como hemos referido. Añadiendo que las acciones "radicales "de los manifestantes
eran" intolerables". Luego,
el 31 de julio, la guarnición militar china en HK lanzó un video que muestra a
las tropas chinas practicando simulacros antidisturbios. Juntos, estos mensajes
fueron ampliamente vistos como una amenaza para desplegar tropas del Ejército
Popular de China. Y algunos comentaristas en los Estados Unidos incluso han
planteado la posibilidad de que tenga lugar otra matanza como la ocurrida en la
plaza de Tiannamen.
Ciertamente Beijing se ha abstenido hasta este momento de
desplegar sus tropas no por las limitaciones y controles constitucionales, sino
porque tiene otras herramientas de represión, comenzando por la policía local que
tiene – dicen desde el gobierno central -- el apoyo total de Beijing para "castigar los actos violentos e ilegales"
de los manifestantes "radicales". El mismo día, el Diario del Pueblo,
el periódico oficial del Partido Comunista Chino, pedía una acción policial
"enérgica" e intentando disipar las preocupaciones de que la fuerza
excesiva pudiera ser contraproducente. Desde luego, la policía ha utilizado
métodos "contundentes" en momentos críticos para el orden público.
Como cuando el 12 de junio, los manifestantes rodearon el Consejo Legislativo
para evitar que deliberase sobre el proyecto de ley de extradición, la policía
disparó balas de goma, gas pimienta y gases lacrimógenos contra la multitud y
utilizó porras para golpear a los manifestantes; y siguieron acciones de claro
abuso de la fuerza policial.
Lo más alarmante es que
se sospecha la connivencia de la policía con la mafia china de las tríadas,
miembros del mundo criminal organizado de Hong Kong. Tríada es un término genérico para designar a ciertas
organizaciones criminales de origen chino que tienen su base en Hong Kong,
Taiwán y la China continental y demás ramificaciones. En el pasado esta mafia ha sido usada como brazo armado extralegal del gobierno de Pekín. Las recientes
manifestaciones en HK han reactivado el miedo a los nexos entre el poder de
China continental y los miembros de la Triada.
REPRESIÓN DE TODA LA
SOCIEDAD
Los análisis solventes de la situación señalan que Beijing
no solo usa la fuerza para controlar Hong Kong sino que adopta una actividad
represiva sobre toda la sociedad. La misma estrategia ya utilizada para anular
el Movimiento de los Paraguas en 2014, y que probablemente logre acabar con las
actuales protestas contra la ley de extradición. Para silenciar las calles, los
organizadores de las protestas, que pedían "sufragio universal genuino", fueron arrestados y sentenciados
a hasta 16 meses de cárcel por "provocar
molestias" e "incitar a
otros a provocar molestias". Para limpiar el servicio civil, las
fuerzas de orden público, las instituciones judiciales y los consejos
universitarios, Beijing usó a su jefe ejecutivo cuidadosamente seleccionado,
que tiene una autoridad abrumadora sobre los nombramientos y ascensos dentro
del gobierno de Hong Kong, para cubrir estos puestos con leales. Para frenar el
poder del Consejo Legislativo electo de HK; el gobierno prohibió a algunos
candidatos de la oposición postularse para el cargo y descalificó a otros
después de haber sido elegidos. Y para socavar aún más la prolongada
independencia de los tribunales, el Comité Permanente del Congreso Nacional del
Pueblo dio el paso inusual de emitir una interpretación vinculante de los
requisitos de toma de juramento local. La Oficina de Enlace de Beijing en el
Distrito Oeste de Hong Kong, instrumento de control del Partido Comunista, no
solo interviene en los niveles superiores del gobierno de Hong Kong sino que su
influencia llega a los 18 distritos administrativos de la ciudad; con
representantes que asisten y organizan funciones locales para comprar lealtad;
asimismo movilizan apoyos para los candidatos patrocinados por Beijing en las
elecciones.
Por tanto, el gobierno regional de Hong Kong se encuentra en
la cuerda floja. Un gobierno democrático, responsable ante su electorado,
podría reducir las tensiones sociales en HK atendiendo las demandas populares,
avaladas por los datos de la realidad: el
73 por ciento de los encuestados cree que el gobierno debería retirar
formalmente el proyecto de ley de extradición; y el 79 por ciento apoya una
investigación independiente sobre los abusos policiales. Sin embargo, Beijing ha
dado señales claras que aumentará la represión, aunque no se vea probable una
intervención militar, según los observadores de Foreign Affairs. Además, ya
tiene un kit de herramientas, perfeccionado durante las protestas conocidas
como el Movimiento de los Paraguas, para mantener a HK bajo control. En lugar
de tomar medidas enérgicas utilizando sus militares, es probable que las
autoridades continentales intensifiquen otras medidas represivas para poner fin
a las protestas y restaurar el control integral sin socavar un acuerdo que les ha
sido muy útil hasta ahora. En otras palabras, Beijing no necesita recurrir a lo
que los comentaristas llaman hiperbólicamente la "opción nuclear" sino que espera lograr lo que quiere con
costes inferiores mediante las herramientas que ha utilizado antes. Porque en
este singular conflicto subyace una realidad que los medios de comunicación han
venido ignorando. Y es que HK sobre todo es un muy relevante centro financiero
internacional, como hemos reseñado, y que ha contribuido y contribuye a la
globalización financiera de la economía china y a los negocios de su élite
capitalista de nuevo cuño.
Beijing se ha beneficiado enormemente de la autonomía de
Hong Kong, consagrada en su Ley Básica, que ha permitido que la ciudad sea el
centro financiero líder de Asia y una conexión importante entre las economías
china y global. El gobierno chino tiene fuertes incentivos para preservar la
fachada de la autonomía en HK. Y la gran banca y el poder financiero global
disponen de fuertes nexos con el gobierno chino. Ante esta coyuntura plagada de
incertidumbre, la BBC informaba el 22 de agosto de los grandes anuncios en la prensa local pagados por grandes bancos
globales asentados en HK, como HSBC, Stándard Chattered y otros, en los que apelaban
al apaciguamiento y a la negociación entre autoridades y revoltosos hasta
alcanzar un acuerdo.-
28/8/2019
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