Ciertamente la Unión Europea superará la crisis derivada de la pandemia del covid-19 mediante una sólida respuesta solidaria que restaure la confianza perdida tras las crisis pasadas. Pero resulta innegable el actual fracaso político de la UE que se muestra impotente frente a dos de sus estados miembros, que se han deslizado gradualmente hacia el autoritarismo contrario a los principios que informan la Unión.
Hungría y Polonia aún mantienen instituciones democráticas formales, pero ambos países ahora inclinan el campo de juego hasta el punto de que ninguno cumple con los estándares mínimos para la democracia liberal. Las elecciones en Hungría y Polonia son libres pero no justas, los partidos gobernantes han eliminado los controles y equilibrios en el poder ejecutivo, y después de años de reformas de los tribunales, el poder judicial en ambos países ya no es independiente. En ambos casos, la Unión ha activado un mecanismo de sanciones, el llamado procedimiento del Artículo 7, que puede despojar a un estado miembro de sus derechos de voto en el Consejo Europeo, entre otras sanciones. Pero el proceso requiere unanimidad entre todos los estados miembros de la UE (excluyendo al país infractor), y Hungría y Polonia han prometido vetar cualquier sanción contra el otro. (Matthias Matthijs, The Right Way to Fix the EU.Put Politics Before Economics. Foreign Affairs, May/June 2020)
En el caso de Hungría, la polarización de la política interna que mantiene a España alejada de la dinámica europea, la mayor parte de la ciudadanía ignora que, después de varios éxitos electorales sucesivos, el primer ministro Víctor Orbán y su partido Fidesz han sido acusados de actividad corrupta por la Unión Europea y por los partidos de oposición. Actualmente, Hungría está clasificada "entre los Estados miembros más corruptos" en la Unión, situándole en el puesto 64 de entre los 180 países censados por el grado de corrupción. Y en un informe de junio de 2019 del Proyecto Borgen, una ONG estadounidense de lucha contra la pobreza, se resumen 10 hechos importantes sobre la corrupción en Hungría, que explicarían la pobreza de gran parte de su población; y que transcribimos a continuación:
1. Víctor Orbán, junto
con el Partido Popular Demócrata Cristiano, tiene la mayoría absoluta
del 66
por ciento en el Parlamento, lo que les ha permitido enmendar la Constitución
del país, consolidando el poder del partido Fidesz. En particular, los cambios
realizados en el proceso electoral reducen las posibilidades de que los
partidos de oposición ganen escaños. Una nueva enmienda modificó el proceso
para que 93 de los 199 escaños se otorguen proporcionalmente en función del
porcentaje de votos que recibe un partido en las elecciones nacionales. Los 106
escaños restantes se ganan al recibir una pluralidad de votos en una elección
local, lo que significa que Fidesz puede obtener el 40 por ciento de los votos
y aun así ganar el escaño. Debido a que los partidos de oposición están
divididos, es difícil que ganen estas elecciones locales.
2. En marzo, el
Partido Popular Europeo discutió la suspensión del partido Fidesz de la
inclusión en su bloque en el Parlamento Europeo en medio de acusaciones de
corrupción. Esta no es la primera vez que Orbán ha sido amenazado con la
expulsión; pero no se tomaron medidas en ese momento.
3. Hungría participa
regularmente en "procedimientos negociados" sin previo aviso, que
permiten al gobierno llegar a un acuerdo sin pasar por una competencia abierta.
Esto ha llevado a algunos a acusar al gobierno de malgastar los fondos de la
UE. El presupuesto de la UE para 2014-2020 asigna 28,000 millones de euros a Hungría,
pero los críticos temen que gran parte termine en manos de la familia, amigos y
partidarios del partido de Orbán. Además de su preocupación, la oficina del
primer ministro tiene la autoridad exclusiva para autorizar el desembolso de
fondos. La firma Elios Innovatív, propiedad del yerno de Orbán, István Tiborcz,
había ganado un contrato de 40 millones de euros con el gobierno en 2015.
Lőrinc Mészáros, un aliado político de Orbán desde hace mucho tiempo, ha visto
triplicar su riqueza desde la elección de Orbán. Y se ha convertido en el
segundo hombre más rico de Hungría, que posee 203 compañías y recibe el 83 por
ciento de las ganancias de sus compañías de los fondos de la UE.
4. De 2013 a 2019, la
clasificación de Hungría en el Índice Mundial de Libertad de Prensa bajó del
puesto 56 al 87 en el mundo. El cambio dramático ocurrió cuando 476 compañías
privadas de medios de comunicación transfirieron simultáneamente la propiedad,
sin compensación, a la Central European Press and Media Foundation. Los aliados
del Primer Ministro encabezan esa compañía, incluidos István Varga, un ex
miembro del Parlamento de Fidesz, e István Bajkai, el abogado personal de
Orbán.
5. El Partido Fidesz
se negó a firmar un acuerdo que permitiría a la Universidad de Europa Central
(CEU) permanecer en Budapest. La Universidad ahora se verá obligada a trasladar
su campus a Austria. CEU tiene varios brazos de investigación anticorrupción,
incluido el Grupo de Investigación Anticorrupción y el Centro para la
Integridad en los Negocios y el Gobierno. En varios puntos, sus informes
criticaron al gobierno de Fidesz y lo acusaron de actividad corrupta. Por
ejemplo, un informe de investigación de CEU escribió que el partido participó
en "un golpe de estado
constitucional contra una democracia establecida".
6. Mediante
manipulaciones del sistema electoral, Fidesz limita la participación efectiva
de los partidos de oposición, asegurando así la victoria en lo que de otro modo
serían distritos competitivos. Un estudio encontró que un partido de oposición
necesitaría obtener alrededor de 300,000 votos más que el partido Fidesz para conseguir
una mayoría en el parlamento.
7. La ciudadanía es
conocedora de esta corrupción generalizada. Una encuesta de 2016 revelaba que
dos tercios de los húngaros consideran que su gobierno es corrupto y el 60 por
ciento cree que la corrupción en Hungría llega a los niveles más altos del
gobierno, incluido Orbán. Esto refleja una fuerte necesidad de cambio, pero el
poder acumulado a través de la corrupción ha permitido que el partido Fidesz
continúe gobernando.
8. En medio de las
crecientes preocupaciones por la corrupción, un político de la oposición
llamado Akos Hadhazy reunió 680,000 firmas exigiendo que Hungría se uniera al
nuevo brazo anticorrupción de la UE, la Fiscalía Europea. Hadhazy especifica
muchos de estos 10 hechos sobre la corrupción en Hungría, pero está
especialmente preocupado por el uso de fondos de la UE. Hasta el momento,
Fidesz se niega a unirse, citando preocupaciones sobre la extralimitación de
Bruselas. Hadhazy dijo: "Ahora
corresponde a las instituciones de la UE aumentar la presión sobre el gobierno
húngaro a menos que quieran que los contribuyentes europeos financien un
régimen que trabaje abiertamente contra la UE".
9. Transparencia
Internacional Hungría, una ONG anticorrupción, considera que los jóvenes son
esenciales para combatir la corrupción, a los que espera movilizar. Según esta
ONG, el 90 por ciento de los húngaros de entre 15 y 29 años creen que la
corrupción está presente en sus políticas. Sin embargo, también consideran que
solo el 25 por ciento de los jóvenes creen que serán tomadas en serio las denuncias
de la corrupción gubernamental.
10. La ONG, denominada
Comité húngaro de Helsinki proporciona asistencia jurídica gratuita a
detenidos, víctimas de la brutalidad policial y manifestantes o activistas
encarcelados. Este grupo ayudó a más de 1,400 personas en 2018. De 2008 a 2018,
capacitó a más de 4,000 abogados, jueces y funcionarios estatales. Esta ONG se
describe a sí misma como "una de las
pocas voces restantes que se oponen públicamente a los ataques contra la
sociedad civil y al retroceso democrático de Hungría". Las leyes
fiscales húngaras permiten a sus ciudadanos donar el 1 por ciento de su
impuesto sobre la renta a una organización sin fines de lucro de su elección.
Las ONG, incluido el Comité Húngaro de Helsinki, alientan las donaciones para
continuar su trabajo. A través de esto, los húngaros pueden expresar su apoyo a
las organizaciones que trabajan para combatir la corrupción en su país.
En paralelo con esta
situación de grave corrupción pública, el Proyecto Borgen, subraya la pobreza
de una parte importante de la población. Según el Banco Mundial, Hungría tiene
una tasa de pobreza de alrededor del 15 por ciento, lo que significa que casi
1,5 millones de húngaros viven en la pobreza.
Estos 10 hechos
resumidos sobre la corrupción en Hungría amenazan la vida académica del país,
los medios de comunicación, las ONG y varias instituciones democráticas. Esto,
a su vez, amenaza el bienestar de la sociedad civil húngara, que está haciendo
todo lo posible para crear una Hungría más equitativa y justa.
Esa situación de corrupción y pobreza en uno de los 27 países miembros de la UE, es un producto de la dinámica política en Hungría que no ha encontrado freno en las instituciones de Bruselas y en los gobiernos de los restantes países europeos, entre los cuales también ha disminuido gravemente la conciencia democrática, de modo que ha permitido el desarrollo del autoritarismo en una democracia europea.
Porque ciertamente cuando este país accedió a la UE en 2004, Víctor Orban ya estaba en el
poder en Hungría. Para entonces Orban estaba lejos de su etapa de joven activista en la fase turbulenta de finales de los años ochenta que trajo la caída del régimen comunista. El mecenazgo del multimillonario estadounidense de origen húngaro, George Soros, impulsor de regímenes neoliberales en el Este europeo a través de su Fundación para la Sociedad Abierta, le facilitó sus estudios universitarios incluyendo una beca en la Universidad de Oxford a este joven de origen rural y modesto; y le apoyó en su ingreso en el pequeño partido político Alianza de Jóvenes Demócratas o Fidesz, del cual alcanzó la presidencia para convertirse en primer ministro tras las elecciones de 1998. Una vez en el poder y ya en la UE, sus reformas constitucionales han convertido Hungría en lo que los estadounidense llaman una “democracia iliberal” e incluso le clasifican como un Estado mafioso (Véase el libro de Paul Lendevai, Orban: Hungary´s New Strongman, Oxford University Press, 2018)Durante sus largos años como jefe de gobierno en Hungría,
la estrategia de Orban en parte ha consistido en una élite socioeconómica, que se
enriquece gracias a los lazos con Fidesz, el partido gobernante. Bajo su
supervisión, el proceso de adjudicación de contratos gubernamentales se ha
corrompido en un grado sorprendente, en beneficio de las empresas conectadas
con el partido en el poder. En 2018, según informó la ONG Transparencia
Internacional, en torno al 40 por ciento de los concursos de adquisiciones
públicas en Hungría solo se presentó un postor. Un sociólogo y miembro fundador
de los Demócratas Libres, Balint Magyar, ha llamado a la Hungría de Orban
"un estado mafioso poscomunista,
dirigido no por un partido sino por el clan político-económico del primer
ministro Viktor Orban". Una sensación de impunidad viene alimentando
este capitalismo de amiguetes, puesto que Fidesz ha ido vaciando los cuerpos
judiciales y policiales que normalmente investigarían y enjuiciarían tales conductas punibles.
Orban ha desarrollado su juego político con gran habilidad,
superando a sus oponentes, que ha acrecentado su poder. A los socialistas,
desacreditados, los ha logrado dividir y corromper. La oposición liberal,
fragmentada y atormentada por las luchas internas, ha perdido casi toda la
credibilidad. La consecuencia inevitable ha sido la apatía pública, con una
notable indiferencia hacia la corrupción endémica del régimen de Orban, que no
oculta sus planes para seguir gobernando el país en un futuro previsible.
"Seguiré en la política durante los
próximos 15 a 20 años", declaró a una revista alemana en 2016. “sea en la primera fila o en la tercera;
dónde lo decidirán los votantes"(The
Transformer, Foreign Affairs. September/October 2019)
Reproducimos traducida la “Instantánea” del Informe de la corrupción en Hungría de noviembre 2017 de
GAN.Business Anticorruption Portal, una firma de asesoramiento de empresas:
“La corrupción en Hungría presenta un riesgo
significativo para las empresas, particularmente en los sectores de
administración tributaria y contratación pública, que sufren altos niveles de
corrupción. La corrupción menor no está muy extendida, pero las compañías
informan que a veces son necesarios pagos no oficiales para resolver ciertas
tareas administrativas. La contratación pública es vulnerable a las
irregularidades a nivel local debido a las fuertes relaciones informales entre
las empresas y los actores políticos. El Código Penal de Hungría prohíbe el
soborno en los sectores público y privado, junto con la mayoría de las otras
formas de delitos de corrupción contenidos en las convenciones internacionales
anticorrupción. Falta la aplicación del marco anticorrupción. Se pueden imponer
sanciones penales a las empresas por actos de corrupción cometidos por terceros
que trabajan en su nombre, así como si la persona que lleva a cabo el acto no
es procesada ni condenada. No hay distinción entre sobornos y pagos de
facilitación, y los obsequios y la hospitalidad pueden considerarse ilegales
dependiendo de la intención y el beneficio obtenido”.- 22/5/2020
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