La digitalización y la innovación tecnológica abaratan la prestación de servicios financieros, contribuyendo al crecimiento de la organización y su volumen financiero, pero generan una complejidad contable que facilita los fraudes propios con la connivencia de las firmas auditoras. Mientras el mundo estaba agarrotado y con razón por la pandemia mundial del Coronavirus, se desarrollaba y estallaba un gran escándalo que ha sacudido al mundo financiero. Una firma alemana, Wirecard AG se ha visto envuelta en un fraude contable corporativo y en un proceso de quiebra, que implica la desaparición de 1.900 millones de euros, la detención de varios altos ejecutivos; deja en entredicho a la firma auditora de cuentas EY (antes Ernst and Young) y revela graves fallos de la supervisión financiera en Alemania.
La gravedad de este escándalo financiero, que algún experto asemeja al famoso caso ENRON en los EEUU, ha planteado la urgencia de que el Parlamento Europeo realice un examen riguroso de esta firma financiera global; del gran fracaso del supervisor alemán BaFin y la escasa fiabilidad de las auditorias de cuentas; y en general, sobre la deficiente regulación de las transacciones financieras que aún sufrimos en la Unión Europea. El escándalo de Wirecard abarca una serie de fraudes contables que condujeron a la insolvencia de esta firma procesadora de pagos y proveedor de servicios financieros, con sede en Munich, Alemania, y que forma parte del índice bursátil DAX. Ya el 30 de enero de 2019, las acciones de Wirecard se desplomaron luego de que el Financial Times informara que un alto ejecutivo era sospechoso de "falsificación de cuentas" y de "lavado de dinero sucio" y de “round-tripping”, término que designa una serie de transacciones de ida y vuelta entre filiales destinadas a inflar el volumen financiero de la compañía en Asia y el Pacífico. Y desde entonces se han sucedido los rumores hasta su declaración de quiebra en 25 de junio de 2020. En este ensayo, intentaremos explicar el alcance del escándalo de Wirecard resumiendo lo sucedido según los datos conocidos hasta ahora y las cuestiones suscitadas.
Wirecard AG es una compañía global de tecnologías y servicios financieros fundada en 1999, con sede en Alemania, que opera en todos los continentes del mundo desde 2017 y actualmente se encuentra en proceso de quiebra. Tiene su domicilio central en Aschheim, un municipio cercano a Munich, Baviera. Es un tipo de banco alemán con licencia completa y ofrece a los clientes servicios de transacciones de pago electrónico, gestión de riesgos y tarjetas físicas y virtuales emitidas y procesadas. A partir de 2017, la compañía operaba en todos los continentes, cotizaba en la Bolsa de Frankfurt y formaba parte del índice bursátil DAX. Proporciona servicios a más de 279 000 clientes corporativos de todo el mundo y ofrece numerosas aplicaciones de pago móvil y la propia aplicación de pago móvil de Wirecard, denominada Boon. (Wikipedia ofrece abundantes datos)
Dispone de filiales en todos los continentes, desde
Alemania hasta Melbourne y Hong Kong. Wirecard Card Solutions Ltd. tiene una
filial en Newcastle upon Tyne, Reino Unido, con una licencia de dinero
electrónico que le permite emitir tarjetas virtuales; así como una sucursal en
América del Norte después de que adquirió los servicios de tarjetas prepago del
Citi. En 2016 Wirecard se hizo cargo de la empresa brasileña MOIP. El año
anterior, en 2015, ingresó al mercado hindú con la adquisición del negocio de
pagos de Great Indian Retail Group. Desde 2014, Wirecard ha estado
fortaleciendo sus operaciones en la región Asia-Pacífico, Medio Oriente y
África. También está activa en Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Turquía y
Brasil. En 2019, el SoftBank invirtió en Wirecard, y también está representada
en Beijing. Toda una firma financiera de alcance global.
Wirecard es una firma proveedora internacional de productos
y servicios en las áreas de pagos móviles, comercio electrónico, digitalización
y tecnología financiera. Esto tradicionalmente comprende la integración de
métodos de pago, transacciones de pago a través del comercio electrónico, así
como transacciones de pago en la caja estacionaria (POS). En estas áreas,
Wirecard actualmente trabaja en cooperación con 280,000 compañías (a diciembre
de 2018), incluyendo Allianz, KLM, Qatar
Airways, Rakuten.com y Transport for
London, entre otras. En 2018 el volumen de transacciones los 125.000 millones
de dólares.
Desde 2015, Wirecard ofrece a los consumidores la
aplicación de pago móvil totalmente digitalizada, Boon, que funciona
independientemente de los bancos u operadores de red, y se basa en una
Mastercard virtual y se ejecuta en dispositivos móviles con los sistemas
operativos Android o iOS. La versión de Android está actualmente disponible en
Alemania y otros países europeos, entre ellos España. En España, el 1 d agosto
de 2020 Google Pay ofrecía la instalación de la app Boon (Pay-Contactless Payments.
Wirecard. Technologies GmbH) para pagos sin contacto a través de teléfonos
inteligentes. En este sector de los pagos móviles, Wirecard ha negociado varios
contratos con proveedores de telecomunicaciones para servicios técnicos con
respecto a los pagos de teléfonos inteligentes móviles.
A la compañía Wirecard AG,l centro de un escándalo financiero internacional, las acusaciones de malas prácticas contables le habían seguido desde los primeros días de su constitución, llegando a su punto máximo en 2019 después de que, como mencionamos arriba, el Financial Times publicara una serie de investigaciones junto con quejas de denunciantes y documentos internos. Wirecard anunció el 22 de junio de 2020 que los datos financieros de los años anteriores podrían ser incorrectos. Según un informe del SüddeutscheZeitung (3/7/2020) la fiscalía alemana supone que la compañía ha manipulado los balances desde 2014. El 25 de junio de 2020, Wirecard solicitó la insolvencia después de las revelaciones de que faltaban 1.900 millones de euros, el cese y detención de su CEO Markus Braun, varios miembros de la junta directiva y otros ejecutivos han sido arrestados o implicados en procesos penales.
El escándalo de Wirecard está teniendo un desarrollo
complejo y multipaís. Aunque se haya descubrió este año, los rumores de
irregularidades que datan de 2008. Estos rumores incluían sugerencias de
irregularidades en el balance y un expediente de acusaciones de lavado de
dinero. Los que criticaron a Wirecard fueron víctimas de campañas de piratería,
aunque el autor de estas nunca fue encontrado.
En 2018, el personal legal de la sede de Wirecard en
Singapur comenzó una investigación sobre tres miembros del equipo de finanzas.
Esto se produjo después de que un denunciante los alertó sobre un plan para
enviar dinero a la India de manera fraudulenta a través de terceros. Aunque
nada salió de esta investigación, el Financial Times fue alertado de la
investigación y la posterior inacción. Wirecard desestimó la reclamación y
también lo hizo el BaFin, el regulador financiero alemán. En realidad el
Financial Times llevó a cabo una investigación sobre la manipulación del
mercado. Y en 2019 la policía de Singapur registró las oficinas de Wirecard. El
mismo año, reciben una inyección de efectivo de 900 millones de euros de
SoftBank, así como una aprobación de las cuentas de 2018 por la auditora EY
(Ernst & Young).
Las revelaciones del Financial Times han jugado un
importante papel en el conocimiento de este escándalo financiero, puesto que ha
estado observando de cerca la firma Wirecard. Y a fines de 2019 publicaron
documentos que indicaban que las ganancias en las unidades en Dublín y Dubai
estaban infladas de manera fraudulenta. A pesar de negar esto, Wirecard
designaba a la auditora KPMG para llevar a cabo una auditoría especial, que no
se terminó en la fecha prevista en 2020 y que la auditora principal EY pospuso
s publicación y los resultados de todo el año. Cuando el informe finalmente se
publicó en abril, KPMG alegó que no podía verificar que fueran genuinas las
operaciones que habían aportado la "mayor parte" de las ganancias
reportadas de 2016 a 2018. A partir de ahí se suceden una serie de
informaciones confusas sobre el dinero en los bancos filipinos.
Mientras el mundo comenzaba a salir del encierro de la
covid-19, los fiscales de Munich iniciaron una investigación sobre el
presidente ejecutivo Markus Braun y otros tres miembros de la junta ejecutiva.
Unas semanas más tarde, el 16 de junio, los bancos filipinos BPI y BDO informan
a la auditora EY que los documentos que detallan los saldos de 1.900 millones
de euros son "espurios". Y el 18 de junio, en lugar de publicar sus
resultados de auditoría para 2019, anuncian que les faltan 1.600 millones de
euros. Desde el anuncio de la pérdida de 1.600 millones de euros, el banco
central de Filipinas confirmó que el dinero nunca ingresó al sistema financiero
del país y desde entonces el director ejecutivo ha sido arrestado. EY se negó a
cerrar sesión en las cuentas de la empresa en 2019 y Wirecard ha retirado sus
resultados financieros para 2019 y el primer trimestre de 2020.
El hecho es que Wirecard presentó una demanda de insolvencia el 25 de
junio, en medio de las confusas informaciones de las auditoras, que las
autoridades alemanas habrán de clarificar.
Estar envuelto en tal escándalo es lo último que la industria contable quería o necesitaba, afirman profesionales experimentados en su web donde ofrecen un intento de explicación de lo sucedido. Desde que se desarrolló el escándalo, se informó que la auditora EY no solicitó información crucial de la cuenta al Banco OCC de Singapur para confirmar que tenía los mil millones de euros en efectivo a nombre de Wirecard. Este procedimiento rutinario de auditoría podría haber descubierto el fraude mucho antes. El nuevo director ejecutivo de Wirecard también ha señalado que los controles básicos deberían haber sido suficientes para descubrir el escándalo.
Sin embargo, la auditora EY ha hablado sobre el escándalo mediante un memorando a los socios principales, en el
que se atribuye la responsabilidad de descubrir el fraude. Esto a pesar del
hecho de que firmaron la revisión de las cuentas durante más de una década y
las preguntas sobre las prácticas contables de Wirecard fueron cada vez más
cuestionadas por periodistas e inversores. Por lo que inversores europeos han pedido una
"investigación exhaustiva" del trabajo de la auditora EY a cargo del
regulador financiero alemán.
El fraude solo se descubrió en los últimos diez días, lo
que significa que esta historia sigue desarrollándose sin que aún se conozca el
final. A pesar de la solicitud de insolvencia, Wirecard tiene la intención de
continuar operando. Naturalmente, se harán preguntas sobre cómo lograron
estafar a los inversores y sobre el papel de EY durante tanto tiempo. Y esto,
sin duda, socará aún más la confianza en los auditores, subraya referido el
grupo de profesionales de la auditoria.
Informes de auditorías de cuentas cuestionados
El caso de la auditora EY, nuevo nombre de la veterana
Ernst & Young, se suma a los numerosos escándalos contables ya históricos
que demuestran la irresponsabilidad de las grandes firmas auditoras que tienen
poco respeto por su responsabilidad pública, por los derechos de los
accionistas y los ciudadanos, por las normas
que pretenden la independencia de la función auditora, la profesionalidad y la
ética, como analizamos y destacamos en nuestro libro El casino que nos gobierna
(capitulo3, la contabilidad falaz de los jugadores; Parte III. Los reguladores
del casino en la sombra).
Ante el escándalo de la firma Widecard proyectado en los
medios alemanes y europeos, las Comisiones de Asuntos Jurídicos y de Asuntos
Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo han remitido una carta conjunta a la Comisión europea en
Bruselas sobre tarjetas electrónicas y las normas de auditoría europeas, en la
que se le pide que examine detenidamente los eventos que rodearon la quiebra de
Wirecard, evalúe el papel de la Autoridad Federal alemana de Supervisión
Financiera (BaFin) y de los supervisores
europeos y obtenga las correspondientes conclusiones con respecto a las
debilidades en el marco legal europeo en materia de servicios financieros, como
ejemplifican el caso de las auditoras y
sus graves conflictos de intereses desde el momento en que conciertan su
retribución con aquellas entidades cuyas cuentas van a revisar y a juzgar.
Como ha subrayado el eurodiputado Sven Giegold, portavoz de
política financiera y económica del grupo Verdes / EPT: "Los graves conflictos de intereses de las
principales firmas de auditoría deben detenerse. Las normas de la UE sobre
auditoría deben cambiarse para que los auditores ya no sean seleccionados y
pagados directamente por la empresa auditada. Las firmas de auditoría y el
negocio de asesoramiento deben estar completamente separados. La auditoría de
la UE La Directiva debe revisarse rápida y fundamentalmente". “Es
vergonzoso pero necesario que el supervisor financiero alemán BaFin esté en el
centro de nuestras preguntas críticas. La posición actual del BaFin es
perjudicial para Alemania como centro financiero. Las reservas legales y la
aplicación inconsistente de reglas importantes son malos consejos para la
supervisión financiera".-
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