domingo, 20 de diciembre de 2020

El proyecto de “Global Britain” apenas ha despegado

El limitado número de acuerdos comerciales concluidos hasta ahora por el gobierno británico con países externos a la UE apenas podrán compensar la pérdida del mercado europeo producida por su salida de la Unión Europea, como revelaba el economista Aude Martin en la revista francesa Alternatives économiques en un artículo publicado el pasado 24 noviembre, que por su actualidad reproducimos aquí.

 Según los conservadores en el poder en Londres, una de las supuestas ventajas del Brexit sería  la posibilidad de construir un Reino Unido más abierto al mundo mediante nuevos acuerdos de libre comercio con un gran número de países externos a la Unión Europea. Mientras la fecha fatídica se avecina (el 31 de diciembre próximo finalizará el periodo de transición tras el cual tendrá lugar la salida del Reino Unido), (…) cabe señalar que las aspiraciones para la “Global Britain” formuladas por Boris Johnson están lejos de concretarse. Los contados acuerdos concluidos hasta ahora por el gobierno británico apenas compensarán la pérdida del mercado europeo. 


Londres armó gran ruido mediático después de firmar su primer acuerdo de libre comercio a gran escala con Japón a finales de octubre, que deberá entrar en vigor el 1 de enero de 2021. “Japón siempre había sostenido que solo aceptaría seguir comerciando con los británicos a condición de que se llegase a un acuerdo entre Londres y Bruselas. Por ende, desde un punto de vista político, esta es una gran victoria para el gobierno británico”, afirma Catherine Mathieu, economista del OFCE. Pero en el ámbito económico, este acuerdo reproduce esencialmente las condiciones bajo las cuales el Reino Unido ya podía comerciar con Japón cuando pertenecía a la Unión Europea. “No va más allá de eso, pero, a largo plazo, podría facilitar la participación del Reino Unido en el acuerdo transpacífico de cooperación”, declara Catherine Mathieu.

En cuanto a lo demás, el Reino Unido ha firmado hasta la fecha 22 acuerdos comerciales con unos cincuenta países, incluyendo Suiza, Chile y Corea del Sur, pero que apenas representan en total un 7,8 % de sus exportaciones de bienes en 2019, señala el Crédit Agricole en un boletín reciente. Se está buscando establecer acuerdos con otros 16 países, incluyendo Canadá, México y Turquía, pero estos también representan apenas un leve porcentaje de las exportaciones británicas (6,8 %) en comparación con el peso de la Unión Europea (46 %).

En el caso de Estados Unidos, el principal socio comercial de los británicos después de la Unión Europea, este firmó, al igual que Nueva Zelanda y Australia, un acuerdo de “reconocimiento mutuo” con Londres. Esto significa que ambos signatarios deben reconocer la conformidad de determinados productos del país asociado con sus propios estándares para que dichos productos no tengan que someterse a la serie de controles o pruebas que sería necesaria en cualquier otro caso durante el cruce de fronteras. También en este caso, Londres tan solo reprodujo a grandes rasgos el acuerdo de reconocimiento mutuo entre la Unión Europea y Estados Unidos.

 Solo se centra en cuatro o cinco tipos de bienes, incluyendo los equipos de telecomunicaciones y los productos farmacéuticos”, explica la citada economista. El objetivo es evitar que a partir del 1 de enero de 2021 todos esos productos pierdan abruptamente sus certificaciones para entrar y salir del Reino Unido. La esperanza alimentada por Boris Johnson de emprender un nuevo rumbo y concretar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos no se ha realizado por el momento, ya que Donald Trump pretendía integrar en dicho acuerdo un acceso privilegiado al mercado alimentario y al sistema de salud británico. Incluso si se retomase el diálogo a este respecto, el Reino Unido no se encuentra actualmente en una posición de poder.

De esta manera, al reproducir todos los acuerdos a los que tenía acceso de pleno derecho a través de su pertenencia a la Unión Europea, Londres busca reducir perjuicios derivados de su salida, pero no está abriendo nuevas perspectivas comerciales que pudieran hacer realidad el sueño fomentado por los conservadores sobre un Reino Unido globalizado. Concentrarse en esos acuerdos comerciales en detrimento de la firma del acuerdo comercial con Bruselas está siendo una jugada peligrosa por parte del Reino Unido.

Como lo destaca el departamento de análisis económico del Crédit Agricole, “es muy poco probable que el Reino Unido se encuentre en condiciones de compensar mediante acuerdos comerciales con otros países la pérdida de las ventajas derivadas de su adhesión a la UE”. Boris Johnson, cuyo mantra actual es llevar a cabo el Brexit con o sin acuerdo con la Unión Europea, parece subestimar las ventajas que su país obtuvo del mercado único, el cual, como explicó el economista Vincent Vicard al inicio de las negociaciones, “triplica el comercio entre países miembros en comparación con un acuerdo comercial clásico”.-

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