Una autopista inacabada e impagada
En Montenegro se construye una de las autopistas más caras
del mundo, financiada con un crédito concedido por China. Pero, como ha
investigado Euronews, el gran interrogante es qué ocurrirá si este pequeño país
balcánico no puede rembolsar ese crédito y se ve atrapado en la trampa de la deuda
china, como ya le sucedió a Sri Lanka y a otros países en desarrollo ligados a
los proyectos chinos de grandes infraestructuras amparados bajo la denominación
de Nuevas Rutas de la Seda.
La impresionante e inacabada autopista Bar-Boljare de Montenegro se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para este país pero también para la UE. Proyectada con una longitud de 170 kms la obra se ha parado en la primera fase del proyecto, de 41 kms, que abarca 20 puentes y 16 túneles a través de un terreno montañoso accidentado, con un coste de 20 millones de euros por km. La empresa constructora es la Corporación China de Carreteras y Puentes (CRBC) y el Eximbank de China que aporta un 85% de un préstamo en dólares del gobierno chino. La autopista, destinada en última instancia a unir el puerto de Bar (en italiano Antivari) en el Adriático con la capital de Serbia, Belgrado, ha sido un símbolo del deseo montenegrino construirse en Estado independiente en 2006. Pero su problemática construcción ejemplifica la inversión divisiva de China al margen de la UE y los riesgos de financiar grandes proyectos de infraestructura con préstamos de Pekín. Incluso hay dudas sobre los restantes 80 km de la autopista, ya que el gobierno no puede endeudarse más y Serbia ha retrasado la construcción del tramo correspondiente al otro lado de la frontera.
El alto coste de la financiación china, estimado en un
total de 1.300 millones de euros, ha contribuido a elevar más la enorme deuda
exterior de Montenegro, que se disparado hasta casi el 80% del producto interno
bruto en 2012. Si Montenegro incumpliera, los términos de su contrato para los
préstamos otorgan a China incluso el derecho a acceder a tierras montenegrinas
como garantía, según publicaba por el Financial Times.
"Esta inversión china podría ser realmente peligrosa para Montenegro y nadie está pensando tanto en eso en nuestro país", reconocía al periódico británico Milka Tadic Mijovic, directora del Centro de Informes de Investigación con sede en Podgorica, que produjo un documental sobre la carretera. “El proyecto de la carretera y la forma en que se financia ha llevado a Montenegro por primera vez a una situación de déficit superior a los estándares de la UE, lo que limita el espacio futuro para las maniobras financieras del gobierno”.
El riesgo de la trampa de la deuda china
La problemática situación creada en Montenegro, nos trae el
recuerdo de las sospechas o el riesgo que conllevan en muchos casos los
empréstitos chinos para grandiosas infraestructuras concertados con países en
desarrollo al amparo de la mediática Nueva Ruta de la Seda. El caso de
referencia es el de Sri Lanka, donde finalizada la construcción del gran puerto
estratégico sobre el océano Índico mediante un sustancioso préstamo de China,
se evidenció la imposibilidad de que el antiguo Ceilán reembolsara la deuda. Y
en 2017, conforme al contrato suscrito la devolución del crédito se canjeo por
un arrendamiento a 99 años del enorme puerto de Hambatota, añadiendo la disputa
entre gobiernos sobre si el uso del puerto será o no exclusivamente civil,
puesto Sri Lanka se niega a admitir la escala en su territorio de submarinos
chinos. Y es que, como la historia nos enseña, los préstamos de gobierno a
gobierno para grandes infraestructuras siempre fueron instrumentos de dominio (Frederic
Lasserre et d autres, Les Nouvelles Routes
de la Soie, Presses de l´Université du Quebec, 2019, pag.145).
En caso de impago de la deuda por parte de Montenegro, muchos temen que el puerto de Bar, con sus aguas profundas sobre el Adriático, resulte ser un excelente objetivo estratégico para los planes expansivos de China.
La política europea de China sigue careciendo de respuesta.
La presencia de China en Europa es crítica. Aunque los
fondos han caído drásticamente en los últimos años, Pekín ha prodigado
préstamos en los Balcanes, con casi el 70 por ciento de sus inversiones de
15.400 millones de euros desde 2012 destinadas a los cinco miembros de la
agrupación que no pertenecen a la UE, según el Financial Times.
Y es evidente que los aspectos económicos del proyecto de la autopista montenegrina son duros, al igual que las consecuencias financieras para el país.
El recurso de Montenegro a la UE para que pague su deuda
con China ha tenido una respuesta negativa hasta ahora. Por lo cual se afirma
por los observadores que se han tensado un tanto un poco más las relaciones
entre Montenegro y el bloque europeo. Y China, su imagen, según los expertos, podría
resultar beneficiada. "Sin duda,
diría que se trata de un gran golpe estratégico con respecto al peso de la
Unión en la región", explica Vuk Vuksanovic, del Centro de Política de
Seguridad de Belgrado. "Porque su
credibilidad se reducirá significativamente, ya que ahora la mayoría de las
capitales balcánicas verán no solo que la Unión Europea está dispuesta a
criticarles por cooperar con China, sino también como Bruselas no hace
realmente mucho para contrarrestar la influencia china".
Pero algunos diplomáticos en Bruselas y estados miembros
influyentes de la UE llevan mucho tiempo preocupados de que China esté utilizando
el llamado grupo “16 + 1” como un
caballo de Troya para dividir a la Unión Europea y debilitar a los países
balcánicos vulnerables, aunque Pekín niegue tal intención.
Precisamente una reunión del grupo de países europeos "16 + 1" se produce días después de
una cumbre de la UE con China en Bruselas, mientras Europa ya ha asumido que
tiene que desarrollar una estrategia coherente para contrarrestar las
ambiciones de China en el continente.
Y es que el caso Montenegro se suma a la política de China
seguida con el Foro 16+1, que revela su estrategia de penetración inversora en
Europa, como subrayábamos en este blog en 2019. Desde 2012, China ha implicado
directamente a 16 países, los llamados PECOs (en inglés CEEC), incluidos
Estados miembros de la Unión, como Polonia y Hungría, y países de los Balcanes,
como Serbia, todo ello con un enfoque innovador para la cooperación regional.
Aunque enmarcado como multilateralismo, en la práctica este formato es en gran
medida bilateral y altamente competitivo. Mientras al inicio estos países
adoptaron con entusiasmo esta cooperación china como una oportunidad para
diversificar sus relaciones económicas, centradas en la Unión tras la crisis
financiera global, para 2018 algunos de ellos expresaban su descontento con los
resultados económicos obtenidos.
En los dos últimos años transcurridos, mientras EEUU con el
Presidente Trump, se distanciaba de los socios europeos, China se ha ido
aproximando para sacar provecho de las tensiones entre los occidentales dentro
de su proyecto imperial. Y los 27 socios no acaban de definir una estrategia
conjunta frente al Imperio de Enmedio (entre el Cielo y la Tierra, según la autodenominación
antigua)
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